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El miedo a las deportaciones silencia la fiesta de la Independencia mexicana en Estados Unidos

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Mientras insiste en que no se publique su nombre real, Adriana, una madre indocumentada, cuenta que este año, por primera vez en los diez que lleva en Estados Unidos, no va a sumarse a las celebraciones por el Grito de la Independencia de México. Le duele porque es una tradición a la que asiste desde antes de emigrar y porque se la ha inculcado a su hijo, nacido en Texas. Además, este año es aniversario cerrado, el 215, y ese tipo de fechas son “especiales”. Ella, sin embargo, se siente insegura por las políticas antiinmigrantes de la Casa Blanca, y las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Así que se quedará en casa donde hará una cena íntima, en el patio, con tacos y rancheras.

“Antes, íbamos a los convivios organizados por los consulados, nos vestíamos con trajes típicos, comíamos tamales y celebrábamos con música y baile”, recuerda Adriana. “Pero ahora no es seguro salir”. Según cuenta, todos los años va mucha gente y se hace una fiesta “de lo más colorida”. “Y cerca de las 12 de la noche, a las 11 más o menos, todo el mundo se calla y ya dicen: ‘¡Viva México!, ¡Viva!’. Ese es El Grito. Es como el campaneo simbólico de la libertad para nosotros”, dice Adriana. Pero este año va a gritar bajito. Y no es la única.

En Chicago, donde un 30% de la población es de origen latino, mayoritariamente de raíces mexicanas, la ansiedad se ha tragado el ambiente festivo que era usual en septiembre. La decisión del presidente Donald Trump de desplegar agentes federales en la ciudad, bajo el argumento de combatir el crimen, ha intensificado los controles migratorios y, de esa forma, el miedo. La celebración de El Grito Chicago fue pospuesta. “Ha sido una decisión dolorosa, pero realizarlo en este momento pondría en riesgo la seguridad de nuestra comunidad”, señalaron los organizadores en un comunicado.


No obstante, miles de personas salieron a las calles la semana pasada a protestar contra las amenazas de deportación. Las manifestaciones llegaron al frente de la Torre Trump en el centro de Chicago. También se realizaron algunos desfiles en los que la celebración se mezclaba con los nervios. “Estamos asustados, pero estamos aquí”, dijo una bailarina durante un evento en Pilsen, uno de los barrios latinos más emblemáticos de la ciudad. “Somos mexicanos. Tenemos que celebrar, y no nos van a detener”, añadió.

En Los Ángeles, de acuerdo con reportes locales, varios eventos programados para celebrar el Grito de Independencia han sido suspendidos por los recientes operativos del ICE en la ciudad. Tres de los cuatro desfiles previstos para este mes fueron cancelados para evitar el caos que pueda causar la presencia de agentes migratorios en lugares públicos. En su lugar, las comunidades han optado por organizar actos y eventos culturales más pequeños y “seguros”. Sin embargo, el Comité Mexicano Cívico Patriótico, que organiza el tradicional desfile en el este de la ciudad desde hace 79 años, decidió mantener su evento programado para el 14 de septiembre. Señalaron que el desfile contará con bandas escolares, grupos folclóricos y carrozas, y que se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, con el respaldo del consulado mexicano y las autoridades locales.

Mientras tanto, algunos negocios en Texas se han negado a acoger eventos latinos, con tal de no ser asociados con inmigrantes indocumentados. Hannah María Garza, activista de la organización Hands Off Central Texas (HOCTX), contó que, mientras intentaba organizar un taller de “Conoce tus Derechos” en Austin, la capital del Estado, varios locales rechazaron la propuesta por miedo a represalias.

A pesar de ello, en Texas, las celebraciones del Grito de Independencia no han sido oficialmente canceladas. El Consulado mexicano en Austin anunció en sus redes sociales su intención de llevar a cabo el evento en un parque público. El grito, según dijeron, estará a cargo del cónsul Humberto Hernández Haddad, y realizarán conciertos y ferias de artesanías mexicanas.

Homero Sotomayor, cónsul adscrito de México en Dallas, en entrevista menciono que las actividades en el área de Dallas-Fort Worth también se mantienen. Aseguró además que el consulado está en contacto con las autoridades correspondientes para brindar asistencia si fuera necesario. “Entendemos la preocupación de nuestra comunidad, por ello queremos reiterar que estas festividades son un espacio cultural y familiar”, señaló Sotomayor. También, para garantizar una celebración “segura y responsable”, recomendó evitar el exceso de alcohol, respetar las leyes, tener un plan en caso de emergencia y no utilizar documentos falsos.

“Aunque las iglesias, las escuelas, los hospitales y los refugios para víctimas de violencia doméstica ya no sean zonas protegidas, los consulados son territorio extranjero y son lugares seguros, así que ese es uno de los últimos lugares donde los inmigrantes pueden reunirse y sentirse protegidos”, afirmó al respecto la abogada de inmigración Kate Lincoln-Goldfinch. “El ataque a la comunidad y la cancelación de estos eventos apaga la vitalidad de la cultura y el patrimonio mexicanos en Estados Unidos. Cuando eso desaparece y estas comunidades se esconden, las cosas se vuelven más silenciosas, más tristes, más insípidas. Si esto continúa por demasiado tiempo, apagará la vitalidad de este país”, opinó igualmente.

“Algunas personas sienten que estamos renunciando y dejando de lado nuestra cultura y celebraciones. Es difícil, no queremos reunir a los latinos para convertirnos en un blanco fácil, pero tenemos que tomar ese miedo y usarlo como combustible”, dijo Hannah María Garza. Por eso, HOCTX está realizando patrullajes locales, que pretenden cuidar a los inmigrantes en este contexto.

“Cuando se cancela una celebración de este tipo, no solo se pierde un evento, sino también ingresos para pequeños negocios, visibilidad cultural y una oportunidad de crear sentido de pertenencia. Para los miembros de la comunidad hispana, las cancelaciones también pueden agravar un ambiente de vigilancia y temor, debilitando la confianza cívica y la participación más allá de un solo fin de semana”, expresó otro miembro de HOCTX, Salvador Espinoza.

A Adriana le da miedo hasta tener que salir a comprar lo que necesita para su pequeña cena. Le preocupa mucho con quién va a quedarse su niño si la detienen, y el trauma que eso pueda provocarle. “Quiero que mi hijo conozca nuestras tradiciones, nuestra música, nuestra comida”, dice. “Pero también quiero que esté seguro”.

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Riesgo de cierre del espacio aéreo norteamericano

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Estamos llegando al día “D”, del cierre del gobierno de Donald Trump, y por supuesto que la aviación comercial está resultando bastante afectada. Y hay que decirlo, no es la primera vez que le ocurre al vecino del norte, más bien es la segunda ocasión y con el mismo presidente a la cabeza. Así es, estamos presenciando la segunda ocasión en que el gobierno norteamericano sufre un cierre “shutdown”, que haya durado tanto tiempo.

Que esto suceda deja muy claro que no es lo mismo gobernar un país, que creer que se puede gobernar solo con “ocurrencias”; y si ha existido un gobierno más desastroso en todos los sentidos, ese es el que encabeza Donald Trump.

La seguridad aérea no es un tema que se preste para juegos mediáticos en los que está envuelto Sean Duffy, secretario del Transporte de Estados Unidos de América (DOT, por sus siglas en inglés). El funcionario culpa del cierre, sin ningún miramiento, a los demócratas, sin hacer la más mínima autocrítica y reconocer que es la segunda vez que ocurre, y otra vez con Trump como presidente.

Aquí hay algo peligroso, pues los aeropuertos de Estados Unidos han pasado de retrasos y cancelaciones, a cosas más serias y graves; el domingo pasado, solamente en el Aeropuerto Internacional de Newark, experimentaron demoras de hasta tres horas. Y no es la única terminal aérea afectada por el cierre del gobierno federal, también se han visto perjudicados los aeropuertos con tráfico intenso de pasajeros, como el Aeropuerto de Houston George Bush, el O´Hare en Chicago, e incluso la casa de American Airlines, Dallas Fort Worth, y así podríamos seguir con la lista.

Este domingo hubo más de 4 mil retrasos y más de 500 cancelaciones, dada la escasez de controladores aéreos, quienes se siguen reportando enfermos; sin eufemismos, no hay gente y la que se está presentando, tiene jornadas extendidas, lo que se traduce en una verdadera falta de control en la seguridad aérea.

Los trabajadores no son robots, son humanos que requieren de descanso. Imaginen el panorama: antes del cierre del gobierno norteamericano, la Agencia Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) denunciaba la falta de por lo menos 3 mil controladores aéreos en todos sus aeropuertos.

Es decir, ya venían arrastrando un déficit de personal, sin contar las denuncias que hicieron los controladores aéreos de verse obligados a trabajar en torres de control con herramientas obsoletas, computadoras descompuestas, sobreexplotación y personal con serios problemas de adicciones a sustancias prohibidas.

Con este panorama, el mismo domingo, Sean Duffy salió a dar varias entrevistas en los medios de comunicación, para advertir a los usuarios que cada vez van a experimentar más demoras y cancelaciones, en la misma medida que los trabajadores se sigan ausentando a trabajar, sin hablar de que no les están pagando.

Para CBS declaró: “Trabajamos horas extras para asegurarnos de que el sistema sea seguro. Y reduciremos el tráfico, verán retrasos, cancelaremos vuelos para asegurarnos de que el sistema sea seguro”.

A la pregunta de que si tomará represalias en contra de los trabajadores que no se han presentado a laborar, la respuesta de Duffy fue decir que no; es evidente que no planea echarle más leña al fuego, porque la gran mayoría de los trabajadores han tenido que buscar un segundo empleo para poder llevar comida a su casa.

Está suavizando sus declaraciones, porque saben que están llegando al límite con el famoso “shutdown”. A mí no se me olvida que al inicio del cierre del gobierno, Sean Duffy amenazó con correr a todos aquellos controladores que se reportasen enfermos.

Sin embargo, parece que las cosas para el vecino siguen sin poder arreglarse, por eso le preguntaron Duffy qué sigue, porque en caso de que el gobierno siga cerrado, una de las decisiones que tendrá que tomar la administración de Trump es la de cerrar por completo el espacio aéreo, ante la falta de personal y no tener la capacidad necesaria para proveer operaciones seguras a las líneas aéreas.

De hecho, en la misma entrevista admitió que durante el tiempo en que el gobierno ha estado cerrado, han quitado slots a varias líneas aéreas, para poder garantizar la seguridad aérea; de la misma manera han cancelado algunas rutas en los aeropuertos más transitados del país.

Sin embargo, Duffy declaró que todavía no se alcanza un «punto crítico”, él está convencido que todo se va a arreglar si continúa con sus arengas en los medios de comunicación, culpando a los demócratas del cierre del gobierno federal.

Y es más que claro, no han analizado qué otras opciones tienen. Como avestruz, mete la cabeza en la tierra para no afrontar que, hoy por hoy, sobrevolar el espacio aéreo norteamericano no es seguro. El personal que sí se está presentando a trabajar, está siendo sobreexplotado y llevado a niveles extremos de cansancio. Sabemos perfectamente en la aviación que una receta ideal para el desastre es precisamente no tomar en serio la fatiga del personal aeronáutico.

Estados Unidos atraviesa una de las peores crisis aéreas que yo recuerde, y no es provocada por fenómenos naturales, conflictos bélicos, o crisis diplomáticas, sino por su propio presidente. Esa es la realidad, aunque Trump y los miembros de su administración anden repartiendo culpas a diestra y siniestra.

No resulta nada extraña la decisión de cancelar 13 rutas a su país saliendo de México, como tampoco es inexplicable que, según las mediciones internacionales más recientes, ellos sean la única región del mundo que no ha crecido, sino todo lo contrario.

Así lo asegura la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), en el análisis correspondiente al mes de agosto, la aviación del Tío Sam lleva ocho meses consecutivos a la baja y en picada. No es un dato menor, Trump ha dinamitado la aviación comercial y recortado de forma brutal las subvenciones a la aviación regional, al grado que hoy se tienen aeropuertos regionales sin actividad alguna.

El gobierno de Donald Trump ha sido nefasto para la aviación norteamericana, pero todavía existen en México quienes le compren el cuento de que las aerolíneas nacionales, y el gobierno de Claudia Sheinbaum “han tenido prácticas desleales y anticompetitivas”.

En este espacio llevamos meses alertando de la pésima gestión aérea del gobierno vecino, y todavía hay gente -sobre todo medios de comunicación y “analistas”- que solamente ven errores en el gobierno mexicano. ¡Señores!, cada hora que pasa, Estados Unidos pone en riesgo a la aviación mundial… de ese tamaño es el desastre y fracaso del gobierno del ente naranja, Donald Trump.

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EE.UU. UU. se arriesga a una guerra prolongada con su ofensiva militar contra cárteles, advierte informe

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El Soufan Group , organismo especializado en seguridad y política internacional , advirtió que las recientes acciones militares emprendidas por Estados Unidos contra redes del narcotráfico podrían desencadenar un conflicto irregular de largo plazo para el cual el país no estaría preparado, al enfrentarse a estructuras criminales altamente organizadas y armadas.

La organización instó a la administración del presidente Donald Trump a suspender las operaciones militares dirigidas a interceptar actividades de tráfico de drogas , así como cualquier iniciativa encaminada a intervenir en países como Venezuela . Alertó sobre el riesgo de escalar hacia un escenario de violencia prolongada y represalias en territorio estadounidense .

De acuerdo con el análisis, la intervención militar en la lucha antidrogas ha dejado de ser una consulta laboral, como fue durante décadas, para convertirse en una estrategia ofensiva directa , respaldada por la orden ejecutiva 14157 . Esta disposición sustituyó a la normativa anterior, que privilegiaba la actuación coordinada de agencias civiles bajo marcos legales internacionales.

El informe destaca que la nueva política, al equiparar a los cárteles con organizaciones terroristas , sienta las bases para repetir errores del pasado, como los cometidos en Irak o Afganistán , al priorizar el uso de la fuerza sin abordar las raíces del problema.

Según el Grupo Soufan , los cárteles disponen de recursos económicos considerables, armamento pesado y entrenamiento en tácticas de combate , además de presencia en ciudades y zonas rurales de Estados Unidos, lo que los posiciona como una amenaza capaz de ejecutar ataques o asesinatos selectivos dentro del país.

Además del riesgo inmediato, el informe advierte sobre efectos colaterales a nivel global: interrupción de cadenas de suministro , encarecimiento del petróleo y fortalecimiento de nuevas células criminales .

Como alternativa, el grupo propone un retorno al trabajo coordinado entre agencias de seguridad internacionales , apoyo institucional a aliados como México y una estrategia paralela para disminuir la demanda de estupefacientes en EE.UU. UU.

En el caso venezolano, ante la falta de cooperación del régimen, se recomienda una respuesta multilateral basada en inteligencia y logística , sin recurrir a ataques unilaterales , que podrían tener consecuencias éticas, legales y humanitarias irreparables.

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Trump busca bloquear el acceso a salud federal para menores transgénero en EE.UU.

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El gobierno del presidente Donald Trump impulsa un nuevo reglamento que limitaría el acceso de menores transgénero a tratamientos médicos de afirmación de género en Estados Unidos, a través de restricciones en los programas federales de salud.

Según reveló la emisora ​​NPR , el Departamento de Salud prevé implementar la normativa en noviembre , con el objetivo de impedir que pacientes menores de 18 años reciban reembolsos federales por servicios médicos vinculados a su identidad de género. La medida afectaría directamente a programas como Medicare , Medicaid y el Programa de Seguro Médico para Niños (CHIP) , que cubre a ciudadanos estadounidenses menores de 19 años.

Además, los hospitales que operan bajo financiamiento federal también verían restringidos sus recursos si ofrecen atención pediátrica basada en afirmación de género , lo que significa que podrían verse impedidos de brindar tratamientos que reconozcan y respeten la identidad de género de los menores.

Un funcionario del Centro de Servicios de Medicare y Medicaid declaró a NPR que las normas están prácticamente listas y podrían entrar en vigor en los próximos días .

La iniciativa ha generado fuertes críticas por parte de especialistas en salud pública , quienes advierten que podría comprometer seriamente el acceso a cuidados médicos para adolescentes transgénero en el país. La medida se suma a un contexto nacional en el que 27 estados ya han prohibido este tipo de atención médica pediátrica .

Desde su regreso a la presidencia, Trump ha reforzado su discurso y acciones en contra de los derechos de las personas transgénero. En enero, se promulgó una orden ejecutiva que prohíbe el financiamiento de procedimientos de reasignación de sexo , una política que forma parte de un enfoque más amplio para restringir este tipo de atención médica en el sistema de salud federal.

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