A pesar de que en los últimos ocho años los asesinatos contra miembros de la comunidad LGBT en Puebla han disminuido considerablemente, la sociedad está muy lejos de ser equitativa con este grupo poblacional, debido a que los chistes, señalamientos, agresiones y burlas son parte de la cotidianidad que enfrentan las personas con otra orientación sexual a la heterosexual.
Del 2015 a lo que va del 2022, el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT contabilizó 18 asesinatos en el estado, siendo 2015 y 2017 los años más violentos, ya que hubo cinco muertes en cada uno. Un año después la cifra disminuyó a tres y en 2019, 2020, 2021 y 2022 hubo un deceso anual.
Los datos del observatorio, personas con otras preferencias sexuales coincidieron en que la sociedad poblana está muy lejos de brindar la tranquilidad y seguridad para que tengan una vida dentro de la normalidad, sin que sean juzgadas o relegadas por sus familiares, amigos o conocidos. Incluso, estuvieron de acuerdo en que las personas transexuales son las que más agresiones y señalamientos sufren en la actualidad.
En voz de Janeth Palacios, mujer transexual que se dedica al sexo servicio, los chistes y humillaciones han sido tantos que los ve como algo común, no obstante, el daño emocional y psicológico continúa afectándola.
DISCRIMINACIÓN Y MALTRATO FÍSICO A LA COMUNIDAD LGBT+ ESTÁ PRESENTE
En entrevista con EL SOL DE PUEBLA narró que los ataques van desde miradas despectivas, burlas, hasta las agresiones físicas que ponen en riesgo su propia vida. Sobre este último punto ejemplificó que algunos ataques se dieron cuando esperaba algún cliente en las vialidades, donde sujetos simularon querer sus servicios, pero cuando ella se acercaba le aventaron huevos, balines y piedras.
Pese al difícil panorama que enfrentan, los miembros de la comunidad transexual luchan en la entidad para conseguir leyes que los respalden y permitan avanzar hacia una sociedad más equitativa. Prueba de ello fue la aprobación de la Ley Agnes, con la que se reconoció la identidad auto percibida de género.
La ley fue llamada así en honor a Agnes Torres Hernández, la activista poblana que impulsó una serie de propuestas para erradicar la discriminación, luchó para que se reconociera la identidad de género de las personas trans y fue asesinada en 2012.
Aunque desde la perspectiva de la comunidad LGBT las personas transexuales son las que más relegadas son por la sociedad, los datos mostraron que los gays son los más asesinados, puesto que, de los 18 crímenes de odio registrados en Puebla durante ocho años, cinco fueron contra homosexuales; uno, contra una lesbiana; seis no fueron identificados y de seis personas no hubo información suficiente en torno a los homicidios.