Hay personas que buscan nuevas amistades, relaciones de pareja de largo plazo o, incluso, aventuras de una sola ocasión a través de aplicaciones de citas, pues interactuar en el espacio virtual es cada vez más común, y más en el contexto de contingencia sanitaria. Sin embargo, esas citas, la gran mayoría de ellas a ciegas, siguen representando un riesgo cuando se trata de exponer información, lo que convierte a los usuarios en posibles víctimas de ciberacoso y doxing.
Tinder, Bumble, Badoo, Grindr, Happn y Wapa son solo algunos de los espacios digitales en donde se les permite a las personas seguir cotizando en el mercado del amor y, para Leopoldo Castro Fernández, psicólogo y docente de la Universidad Iberoamericana Puebla, es más frecuente que la gente recurra a estas aplicaciones debido a que reducen el misterio de lo que busca una persona en el ámbito amoroso.
De acuerdo con datos de la encuesta anual de El Amor en los tiempos de las Telecoms, de The Competitive Intelligence Unit (CIU), el 39.6 por ciento de los mexicanos usuarios de aplicaciones de citas va en búsqueda de relaciones formales, mientras que 27.8 por ciento busca sexo casual y solo un 18 por ciento una amistad.
Tinder es la top app de ligue, seguida por Bumble (aplicación no sólo dedicada al mercado del ligue sino también a la formación de amistades), Badoo, Happn (que permite identificar a otro usuario en el momento en el que te cruzas con él en la vida real) y Grindr (chat abierto enfocado en encuentros entre parejas gay).
El terapeuta Castro Fernández detalló que este tipo de aplicaciones representan una gran posibilidad de establecer nuevos vínculos para personas introvertidas, ya que para este sector de la población es más sencillo entablar comunicación a través de mensajes que hacerlo de frente, cara a cara.
“Estos espacios son la antesala para una cita presencial. Primero tienes que hacer match con la persona, es decir que ambos se den me gusta en su perfil, después comienzan a platicar vía mensaje; pasando el tiempo se pueden hacer llamadas telefónicas, videollamadas y después quedar en algún punto (del mundo real) para conocerse en persona si es que ambos viven geográficamente cerca”.
Añadió que en un mismo porcentaje hombres y mujeres buscan relaciones a largo plazo, pues es en el ciberespacio donde se dejan a un lado los estereotipos de que solo las féminas desean noviazgos y los varones citas casuales.
Aunque no descartó la posibilidad de que se utilicen para delinquir, dijo que las formas tradiciones de encontrar parejas y las de la nueva era representan la misma probabilidad de ser víctimas de algún delito, por ello recomendó a los usuarios de apps tomar medidas de seguridad para no ser víctimas de algún eventual delincuentes o de grupos más organizados.
Alejandro Vera Aburto, coordinador de Información del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla, señaló que, pese a que las redes sociales permiten tener contacto con gente de otros lugares, también tiene factores que aumentan la peligrosidad para el usuario.
En el caso de las aplicaciones con fines amorosos, comentó que son solo la antesala para concretar citas presenciales, pero es a lo largo del coqueteo digital donde proporcionar información en exceso pone en riesgo a las personas convirtiéndolas en “blancos” de delitos digitales.
El reporte de The CIU menciona que el 45.7 por ciento de los usuarios considera que la app es un espacio medianamente inseguro.
El acceso a datos como ubicación de los usuarios, lugar de trabajo, nombre o información de contacto los hace vulnerables al ciberacoso, así como el doxing, técnica por la que se hace pública información privada para avergonzar o perjudicar a la víctima.
Es un peligro cuando no somos conscientes de la información que brindamos. Pueden existir estafadores o personas que se hacen pasar por otras para ganarse la confianza de la gente y propiciar acoso digital, fraudes y demáscomentó el especialista en seguridad.
Aburto precisó que el doxing es la práctica más recurrente que suele darse en estas aplicaciones. Especificó que la extorsión de difundir el nombre, número de teléfono, dirección, datos financieros en el ciberespacio es la principal forma de ponerla en práctica.
El ciberacoso, por su parte, se puede dar en la difusión de fotografías íntimas sin el consentimiento de la persona con el fin de buscar atemorizar o humillar a las víctimas. En este caso comentó que los agresores chantajean o amenazan diciendo que van a difundirlas.
Destacó que las aplicaciones no restringen a los usuarios hacer capturas de pantalla de los chats, de tal manera que se pueden compartir conversaciones o fotos comprometedoras sin su permiso.
Sobre los grupos poblaciones de mayor riesgo, platicó que las personas más vulnerables son las personas adultas, ya que en la mayoría de los casos desconocen a profundidad las aplicaciones de citas en comparación con los jóvenes.
Si decides ver a la persona después de que ya platicaste un buen rato con ella en el entorno digital, es importante que el primer contacto físico sea en un lugar público donde te sientas seguro y en caso de percibir un foco rojo se pueda reaccionar. Se han escuchado casos de perfiles que invitan a las víctimas a las casas de los chantajistas y estando ahí pueden llegar a golpear u ofrecer algo para dormirlos y hacerles daño
¿CÓMO LIGAR SIN CORRER RIESGOS?
De acuerdo con Vera Aburto, hay algunas acciones básicas que los usuarios pueden llevar a cabo para proteger sus datos y su intimidad.
Por ello recomendó en primera instancia establecer los datos que no se darán a conocer, tales como ubicación exacta o las rutas que se utilizan todos los días. Agregó que es mejor conectarse a redes seguras y privadas con el fin de ser menos propenso a ciberdelitos o al robo de información, así como delimitar los candados que tendrán los dispositivos móviles, es decir si se dará acceso al micrófono, cámara, entre otros.
En segundo punto añadió revisar las fotos de la persona con la que se tiene la comunicación, ya que los estafadores suelen utilizar fotos de perfil falsas. Una forma de detectarlo es utilizar la búsqueda de imágenes de Google, para saber si esa foto pertenece, en realidad, a otra persona.
Si el tiempo conversando con esa persona continúa y ella no accede a establecer una videollamada, eso puede ser señalar de alerta.
Además, si se desea compartir imágenes íntimas se debe hacer de forma segura, sin mostrar rostro, señas particulares y solo mostrando partes específicas del cuerpo, con el fin de no ser víctima de algún tipo de delito contra la intimidad sexual.
Aunque la advertencia parece obvia, hizo hincapié en no compartir información personal como datos bancarios o hacer transferencias de dinero.
Es importante confiar en la intuición si se detecta que algo está evidentemente mal. “Aquí solo hay una cosa que hacer: bloquear y reportar al usuario sospechoso”.
Por último, dijo que cuando ya se es víctima de algún delito, la persona perjudicada se debe dirigir a la policía digital con el fin de denunciar el perfil o mediante líneas de apoyo sobre estos casos. El Consejo Ciudadano tiene disponible la línea ciudadana 222 3 099 099 para brindar asesoría legal o acompañamiento psicológico en caso de que esto ocurra.