El papa Francisco partió este domingo rumbo a Canadá para una visita de seis días durante la cual se espera que pida perdón a los indígenas sobrevivientes de abusos cometidos en internados dirigidas por la Iglesia católica.
El avión del Papa despegó de Roma poco después de las 09H00 locales (07H00 GMT).
En silla de ruedas, el sumo pontífice argentino de 85 años, que sufre de su rodilla derecha, tuvo que utilizar una plataforma elevadora para subir a bordo, según un periodista de la AFP que lo acompaña.
La «peregrinación penitencial», como la describió el pontífice, se considera un paso importante para abordar el escándalo mundial del abuso sexual a niños por parte del clero y décadas de encubrimiento.
Antes de su partida, Francisco envió un mensaje en Twitter en inglés y francés a sus «queridos hermanos y hermanas de Canadá».
El pontífice planea reiterar las disculpas presentadas a las delegaciones canadienses que visitaron el Vaticano en abril.
Es importante para las comunidades indígenas que el pedido de perdón se formule en suelo canadiense, ya que la tierra de sus antepasados es de particular importancia para ellas.
El descubrimiento desde el año pasado de cientos de restos de niños indígenas en tumbas anónimas en el sitio de las escuelas públicas administradas por la Iglesia católica obligó a Canadá a enfrentar su fallida política de asimilación forzada.
De manera similar, puso de relieve el papel de la Iglesia en lo que una comisión nacional de verdad y reconciliación ha llamado «genocidio cultural».
Alrededor de 150 mil niños de las Primeras Naciones, Metis e Inuit se matricularon desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990 en 139 escuelas residenciales, donde pasaron meses o años aislados de sus familias, su idioma y su cultura.
El martes, el líder espiritual de los mil 300 millones de católicos del mundo celebrará una misa en un estadio con capacidad para 60 mil personas en Edmonton antes de dirigirse al noroeste, hacia Lac Sainte Anne, sitio de una importante peregrinación anual.
Luego viajará a la ciudad de Quebec, donde se reunirá con el primer ministro Justin Trudeau y celebrará una misa en la Basílica de Sainte-Anne-de-Beaupre, un santuario nacional que atrae a más de un millón de peregrinos cada año.
El viernes, el pontífice viajará a Iqaluit, hogar del mayor número de inuit del país, donde se reunirá con antiguos alumnos de la escuela residencial, antes de volver a Roma.
¿Devolución?
Queda por ver si, en un gesto de buena voluntad, el Papa devuelve objetos indígenas que actualmente se encuentran en los Museos Vaticanos.
Los grupos indígenas dicen que estos objetos culturalmente valiosos deberían ser repatriados a sus comunidades a pesar de las afirmaciones del Vaticano de que fueron obsequiados a los papas en el pasado.
Durante su viaje, Francisco recorrerá 20 mil kilómetros a pesar de sufrir unos dolores en la rodilla derecha que le han obligado en los últimos meses a depender de un bastón o una silla de ruedas para trasladarse.
En junio, el Vaticano pospuso indefinidamente una visita a África que había sido programada para este mes de julio.
Francisco es el segundo papa que visita Canadá, después de Juan Pablo II, que lo visitó tres veces (1984, 1987 y 2002).