Los jóvenes mexicanos de entre 16 y 24 años no se sienten identificados con la política, pero sí buscan participar activamente en movimientos de justicia social.
De acuerdo con un estudio de la organización internacional Luminate, realizado en América Latina, los centennials no tienen clara la diferencia entre hablar de política y de partidos políticos, por lo que prefieren evitar esos temas con sus amigos y familiares, e incluso no compartirlos en redes sociales.
En cambio, prefieren apoyar movimientos sociales, manifestaciones apartidistas o antisistémicas al reconocerlas como formas de resistencia, más que reivindicar sus ideales. Entre los hombres no hay una causa con la que se sientan más representados, mientras que en las mujeres esta afinidad la tienen en el movimiento feminista.
Entre las causas a las que se sienten más apegados están las ambientales, los derechos de los animales y las acciones filantrópicas o de caridad hacia grupos sociales vulnerables.
De acuerdo con el estudio, los jóvenes optan por informarse mediante memes, infografías e influencers. De estos últimos les atrae que hablan de manera más amena y satírica que los formatos tradicionales de noticias. Además, consideran que no tienen líneas editoriales.
Jóvenes mexicanos entre 16 y 24 años no se sienten identificados con la política y se informan mediante influencers, infografías y memes en redes sociales, de acuerdo con un estudio de la organización internacional Luminate.
El estudio señala que la generación conocida como centennial en México no está interesada en la política, pero sí en participar activamente en movimientos de justicia social.
Luminate encuestó a jóvenes de 16 a 24 años de países de América Latina, entre ellos México, Argentina, Brasil y Colombia, con el objetivo de conocer la integración de los jóvenes en los movimientos sociales y políticos de la región.
Al informarse este sector de la población prefiere a los influencers, al considerar que hablan de manera más amena y satírica que los formatos tradicionales de noticias. Además, consideran que no tienen líneas editoriales.
Tres cuartas partes de los centenials entrevistados dijeron que consumen radio y televisión para tener un punto de vista más amplio de temas políticos y tener mayor comprensión de su entorno inmediato, ya sea en temas nacionales o internacionales.
También indicaron que no tienen preferencia por un noticiero o canal de información en radio y televisión.
Los medios más usados para información de ocio, recreación e información sociopolítica son Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y YouTube.
Los varones indicaron tener preferencia por contenidos de futbol soccer y noticias relacionadas a este deporte en sus ratos libres y de recreación. Las mujeres dijeron preferir tutoriales. Ambos géneros señalaron tener preferencia por la comedia mediante memes con los que generan un reconocimiento de su entorno plasmado de forma satírica y de consumo rápido.
Los jóvenes no tienen claro el discernimiento entre hablar de política y partidos. Debido a esto, prefieren evitar el tema con sus amigos y familiares, e incluso, no compartirlo en sus redes sociales. En su percepción, creen que si comparten información es tener una afinidad con algún partido político o personaje político.
La juventud entrevistada se decantó por el apoyo a causas sociales y políticas específicas, más que por movimientos, portando el nihilismo como bandera de no identificación con todo, y a su vez, siendo parte de muchas causas con las que concuerdan, pero que no los limitan.
Las más destacadas fueron las ambientales, los derechos de los animales y las acciones filantrópicas o de caridad hacia grupos sociales vulnerables, destaca el estudio.
El estudio también dividió a los jóvenes con simpatías hacia Morena y el PAN. Aquellos que dijeron simpatizar con Morena expresaron usar las conferencias mañaneras como canal de información.
Los centennials que consumen información impresa (periódicos y revistas) dijeron que optan por ver sus versiones en línea.
Señalaron que el hábito de revisar noticias en estos medios tiene un antecedente de obligación escolar para sus carreras, razón por la cual, los jóvenes que dijeron acceder a dichos formatos eran en su mayoría universitarios.
Ninguno dijo tener preferencia por algún periódico. Además, en sus familias no hay una suscripción a ningún periódico. Se evidenció una preferencia hacia la Gaceta de la UNAM debido a su prestigio.
Los centennials mexicanos desconfían del Congreso de la Unión y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, al considerarlas instituciones corruptas, extorsionadoras y de abusos de poder.
De acuerdo con el estudio de la organización internacional Luminate, los
jóvenes mexicanos entre 16 y 24 años manifestaron su rechazo ante la Cámara de Diputados y el Senado por la idea compartida de que los legisladores son corruptos, trabajan poco y reciben “exorbitantes” sumas de dinero.
A esta percepción, se suma que la mayoría de los jóvenes desconocen el trabajo legislativo que se realiza como uno de los Poderes de la Unión en México, indicó el análisis de la organización filantrópica internacional.
En las entrevistas para el estudio, se les explicó la función del Congreso de la Unión y una vez comprendida la tarea legislativa reiteraron que no confían en dicho poder autónomo y se lo adjudicaron a la mala reputación que tienen tanto diputados, como senadores.
En cuanto a la desconfianza hacia la Policía (Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana) se basa en experiencias propias. Casi la totalidad de los entrevistados dijeron que fueron víctimas de algún abuso de poder y extorsión por parte de la policía y quienes no lo han sido, tienen personas conocidas cuyo testimonio ayuda a la creación de este desagrado.
Los centennials afirmaron no confiar plenamente en ninguna institución, a excepción de algunas en las que hayan trabajado y hayan visto que el funcionamiento de la estructura interna se da de manera que ellos consideran buena o satisfactoria.
Además, como línea general, la mayoría de los jóvenes que participaron de esta investigación manifestaron no sentirse representados por instituciones, partidos políticos, o candidatos.