El socialdemócrata Olaf Scholz se ha convertido este miércoles en el nuevo canciller alemán. A los 63 años, el exministro de Finanzas de la gran coalición de Angela Merkel toma el relevo de la mujer que ha liderado la primera economía europea durante 16 años. Acaba la era Merkel y empieza una aventura política que camina sobre terreno desconocido. Scholz liderará un tripartito inédito conocido como coalición semáforo, por los colores con los que se representa a los partidos que lo forman: rojo de los socialdemócratas, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales del Partido Democrático Libre (FDP).
Los diputados del Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán, han elegido a Scholz con 395 votos a favor, superando ampliamente los 369 que necesitaba para convertirse en el sucesor de la canciller. La coalición a tres se estrena durante el peor desafío al que se ha enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial, en palabras de Merkel. La canciller de las crisis se va sin ver la salida a la última y más devastadora. Será Scholz, el más merkeliano de los candidatos a sucederla, quien tenga que lidiar con la cuarta ola y la recuperación de la economía. Alemania se encuentra inmersa en el peor momento de la pandemia, con los hospitales sobrecargados, restricciones en comercios y restauración, y planteándose implantar la vacunación obligatoria.
Merkel asistió a la sesión sentada en la tribuna de visitantes al no pertenecer ya al Bundestag como diputada. Los parlamentarios de todos los partidos, salvo los ultraderechistas de AfD, se levantaron para ovacionarla durante algo más de un minuto, a lo que ella respondió asintiendo con la cabeza y saludando con la mano. La mascarilla azul no permitía ver su expresión facial. La ya excanciller anunció en 2018 que no se presentaría a la reelección y ha asegurado que se retira de la política activa después de ser miembro del Bundestag durante 30 años.
En la tribuna de invitados se sentaba también Gerhard Schröder, el último socialdemócrata que ocupó la Cancillería hasta la victoria de Merkel en 2005. A su lado, unos asientos más allá, los padres de Scholz, trabajadores jubilados del textil. En una entrevista posterior con la cadena Phoenix, Schröder reconoció que una coalición de partidos tan distintos será un desafío pero dijo confiar en “la paciencia” de Scholz para gestionar los distintos intereses.
Los diputados dedicaron dos ovaciones a Scholz. La primera, cuando se anunciaron los resultados de la votación y recibió el ramo de flores que habitualmente se entrega a los nuevos cargos. La segunda, tras prometer su cargo ante la presidenta del Bundestag, Bärbel Bas. Scholz, cubierto con una mascarilla FFP2 negra, asentía en agradecimiento desde su escaño con las manos entrelazadas. La sesión parlamentaria se interrumpió tras la votación para que el nuevo canciller recibiera el beneplácito del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y se reanudó para la toma de posesión frente a los diputados. Merkel recibirá a su sucesor en Cancillería para el traspaso de funciones por la tarde.
La sesión de la mañana consistió únicamente en la votación de los 707 diputados (de los 736 que tiene la Cámara) presentes en el hemiciclo, ya que no se pronunciaron discursos salvo por unas breves palabras de Bas al inicio. Tras la toma de posesión, la presidenta deseó a Scholz “mucha suerte” en su nuevo cometido.
Scholz era hasta hoy mismo vicecanciller y ministro de Finanzas del Gobierno de gran coalición de Angela Merkel. El pasado 26 de septiembre,llevó a su partido a la victoria en las elecciones federales al obtener el 25,7% de los votos. Tras dos meses de negociaciones, a finales de noviembre presentó un acuerdo de Gobierno con sus otros dos socios. El contrato, de 177 páginas y ratificado formalmente el lunes, se basa en la descarbonización de la economía, la digitalización y modernización del país, y da mucha relevancia a las medidas sociales. La coalición emprenderá numerosas reformas de corte progresista para permitir el voto a los 16 años, la autodeterminación de género y facilitar la obtención de la nacionalidad. La subida del salario mínimo de 9,6 a 12 euros la hora es una de las medidas estrella del pacto.
Scholz se convierte en el noveno canciller de la República Federal alemana y devuelve a los socialdemócratas al poder después de 16 años formando parte de la gran coalición liderada por los democristianos como socio menor o en la oposición. El SPD y los verdes gobernaron juntos durante las dos legislaturas de Gerhard Schröder como canciller, entre 1998 y 2005. Las dos formaciones se entienden bien y no se prevén grandes choques entre ellas. La nota discordante la pueden tocar los liberales, aliados tradicionales de los democristianos, que podrían convertirse en una suerte de oposición interna. Hasta ahora ha reinado la concordia entre los tres socios, salvo por unas declaraciones del ministro de Transporte, el liberal Volker Wissing, acerca de los subsidios al diésel que molestaron a los ecologistas.
El nuevo Gobierno alemán será paritario (si no se cuenta al canciller), con ocho ministros y ocho ministras. Por primera vez en la historia de la República Federal, el Ministerio de Exteriores y el del Interior estarán dirigidos por mujeres. Los socialdemócratas tienen siete carteras; los verdes, cinco, y los liberales, cuatro. El puesto más importante tras el de canciller, el de ministro de Finanzas, lo ocupará el líder de los liberales, Christian Lindner. Los dos presidentes de los verdes, Robert Habeck y Annalena Baerbock, también formarán parte del Ejecutivo. Habeck encabezará el superministerio de Economía y Clima, que aglutina competencias clave para la transición ecológica, como Energía, mientras que Baerbock liderará la cartera de Exteriores. Habeck será también vicecanciller.
Tres ministros socialistas de la gran coalición repiten en el Ejecutivo de Scholz. Hubertus Heil seguirá en Trabajo, mientras Christina Lambrecht, que estaba en Justicia, pasa ahora a Defensa. Svenja Schulze cambia de Medio Ambiente a Cooperación y Desarrollo. Nancy Faeser, en Interior; Klara Geywitz, en el nuevo ministerio de Vivienda; el epidemiólogo Karl Lauterbach, en Sanidad, y Wolfgang Schmidt, como ministro de la Cancillería, completan los nombres del SPD en el Gobierno. Schmidt es el hombre de confianza del nuevo canciller desde su época como alcalde de la ciudad-Estado de Hamburgo. El nombramiento de Lauterbach, un habitual de los medios de comunicación desde el inicio de la pandemia, responde a la prioridad que el canciller dará a la lucha contra la cuarta ola de la pandemia.
“Que las mujeres tengan la mitad del poder va en sintonía con la sociedad en la que vivimos”, dijo Scholz durante la presentación de su equipo el lunes. Los Verdes han nombrado a tres mujeres y dos hombres, mientras que los liberales solo cuentan con una mujer al frente de sus cuatro ministerios. Los ecologistas aportan al Gobierno a la titular de Familia, Anne Spiegel, de 40 años como Baerbock -nacieron el mismo día-, lo que las convierte en las más jóvenes del Ejecutivo. Además cuenta con Steffi Lemke en Medio Ambiente y Cem Özdemir en Agricultura. Además de su líder, Lindner, los liberales tienen en el Gobierno a su secretario general, Volker Wissing, como ministro de Transportes; a Marco Buschmann en Justicia, y a Bettina Stark-Watzinger en Educación. Los 16 ministros recibieron sus actas del presidente, Frank-Walter Steinmeier, en una ceremonia sobria en la que ni siquiera hubo entrega en mano. Personal del palacio de Bellevue iba dejando el documento sobre una mesa y los ministros la recogían y posaban para el fotógrafo a metro y medio de Steinmeier.
Fuente El País