La inflación en Estados Unidos registró en marzo su nivel más alto en más de 40 años, debido principalmente a los precios de la gasolina que se dispararon especialmente con la guerra en Ucrania.
Los precios subieron 8.5% en 12 meses, y 1.2 % respecto al mes anterior según el Índice de precios al consumo (CPI) publicado la mañana de este martes por el Departamento del Trabajo. Solo el precio de la gasolina se disparó 18.3% con respecto a febrero, y representó cerca de la mitad de la inflación, precisó el departamento.
El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos mantuvo su senda ascendente en el mes de marzo, al situarse en el 8.5% en tasa interanual, seis décimas más que en el mes anterior y la mayor lectura desde diciembre de 1981, según se desprende de los datos que ha publicado este martes la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo estadounidense.
En el tercer mes de 2022, el precio de los alimentos en comparación con un año antes subió un 8.8%, nueve décimas más que el incremento interanual del mes de febrero. De su lado, el precio de la energía se mantuvo disparado, con un alza del 32%, frente al 25.6% de febrero.
Dentro del grupo de la energía, destaca especialmente el incremento del 48% registrado por la gasolina, 10 puntos porcentuales más que el encarecimiento de febrero.
Los precios totales de la energía aumentaron 11% frente a febrero, que incluyó un salto de 22.3% en los precios del petróleo, según el informe.
El informe es el primero que abarca el impacto provocado por la invasión rusa de Ucrania y las consecuentes sanciones occidentales contra Moscú, que ha hecho que trepen los precios de la energía y los alimentos en todo el mundo.
Hace un año que la inflación es superior al 2% que la Reserva Federal (banco central estadounidense) marcó como objetivo.
De esta forma, la tasa de inflación subyacente interanual, que excluye el impacto tanto de la energía como de los alimentos, se situó en marzo en el 6.5%, lo que supone una aceleración de una décima respecto a febrero. También es la mayor lectura del dato desde agosto de 1982.
En términos mensuales, en el mes de marzo el IPC avanzó un 1.2%, cuatro décimas más que en febrero. El coste de los alimentos mantuvo su encarecimiento mensual en el 1%, mientras que la energía se aceleró en más de siete puntos, hasta el 11 por ciento.
De esta forma, la inflación subyacente en tasa mensual experimentó una desaceleración de dos décimas en el tercer mes del año, hasta el 0.3 por ciento.