Sembrar maíz genéticamente modificado es una opción que muy pocos productores poblanos toman. Esto se debe a que el maíz crece más rápido, pero no es resistente a las enfermedades, no es fuerte para las heladas y muy pocas plantas sobreviven a las sequías que se han registrado en los últimos meses. Hasta el momento, no hay un registro de cuántos poblanos optan por el transgénico, pero los especialistas aseguran que no trae beneficios para el campo.
Fue a inicios de los años 90 del siglo pasado cuando las semillas de maíz transgénico empezaron a tomar fuerza en el país y, en consecuencia, también en los estados que producen este producto, como Puebla. Hay que recordar que el territorio poblano ocupa el quinto lugar nacional en dicha producción y tan sólo en el año 2020 se sembraron 532 mil 963 hectáreas.
En todo México, se produjo polémica con la llegada del transgénico, tanto de grupos sociales como de ambientalistas y Puebla no fue la excepción, pues varios campesinos temían que con su introducción al campo, los maíces criollos se vieran afectados y que contaminaran el campo. El contraste fueron los productores que aseguraron que con su llegada habría más rendimiento, pues crece más rápido y que sería más resistente a las plagas.
Actualmente, en el año 2022, productores, expertos en genética y miembros del Colegio de Postgraduados campus Puebla, creen que el maíz transgénico no trae ni un beneficio para el campo poblano, pues en requerimientos de cantidad se dan abasto sin su uso y sí son vulnerables a las plagas. Cuando se enferman, hay pérdidas más grandes; aunque crecen con más rapidez y, por tanto, se pueden vender más, la realidad es que no tienen el mismo sabor y los compradores no lo prefieren.
Pero, ¿qué es el maíz transgénico? Este tipo de maíz es el que está modificado genéticamente y a sus semillas se le aplican genes de otros organismos. Su importancia radica en la productividad, pues su objetivo es que crezca más rápido y con ello alimente a más personas, pero esta premisa está muy alejada de la realidad de Puebla.
Puebla ocupa el quinto lugar nacional en la producción del maíz y tan sólo en el año 2020 se sembraron 532 mil 963 hectáreas. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla
No es fuerte para las heladas, sequías y plagas: productor
Ernesto Aceves es productor de maíz y cacahuate. Toda su vida se ha dedicado a esta planta y es una labor que ha ido de generación en generación. Él cree que en Puebla son muy pocos los campesinos que lo ingresan, a diferencia de estados como Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, que desde el 2009 tienen permisos del gobierno para la siembra experimental.
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“Actualmente no se ha visto mucha producción de maíz transgénico en Puebla, es muy baja la incidencia, puede haber que algunas empresas lo hayan introducido, pero no se difunde mucho o no lo dicen. En el Norte del país es en donde más los aplican (…) el maíz transgénico tenía una característica, que era más resistente a los efectos ambientales, pero ahora no estamos tan seguros”, expuso.
Se suponía que los maíces híbridos les harían frente a los estragos del clima, pero de acuerdo con conocidos, con estudios y con productores que sí ocupan estas semillas, las mazorcas no resultan más resistentes. Por ejemplo, si una plaga llega a una huerta de maíz criollo, algunos sí se pueden salvar, pero con el transgénico esto no ocurre, es como si estuvieran conectados y todos se ven afectados. Lo mismo ocurrió con las heladas y las sequías, pues las criollas registraron manchas o lentitud en su crecimiento, pero los transgénicos sufrieron quemaduras graves o muerte total de las plantas.
“Los maíces nativos tienen la particularidad que sí los afecta, pero son más flexibles, se adaptan mejor, poco a poco, pero salen adelante, mientras que los híbridos no, y no solo afecta un pequeño porcentaje, sino que cuando ataca se mueren casi todas las plantas”, agregó.
Los maíces transgénicos se pueden diferenciar por su color y su variación de altura, pues los que fueron intervenidos miden casi lo mismo y son de un color verde claro, mientras que los criollos no tienen una estatura fija, pueden llegar a tener varios metros o “quedarse chaparros” y sus colores son igual de variados que sus razas. Pueden ser de color verde obscuro, hasta con tonalidades verdes intensas, así como moradas.
Al preguntarle a Ernesto Aceves si este grano afecta a la salud, respondió que no hay evidencias claras, pues carecen de investigaciones al respecto, pero, desde su óptica, si un maíz híbrido está hecho para ser más resistente y crecer a una velocidad que los “normales”, pues sí tiene afectaciones en el cuerpo humano.
“Un transgénico produce sustancias, en ciertas cantidades, pero las produce, si llegan animales los mata, entonces yo creo que eso debe de tener efectos en el cuerpo, pero las empresas están controlando esa información”, subrayó.