Desde hace más de un año, Joel Merino ha estado lidiando con la incertidumbre de no saber qué ocurrió con su hija, dónde está o por qué no se ha comunicado con él.
Analí Merino Pineda desapareció en octubre de 2020 en el municipio de Tecamachalco y la investigación que realizó su propio padre arrojó que podría ser víctima de una red de trata de personas que opera en la región.
Joel descubrió que dos hombres identificados como Alex y Chuy fueron las últimas personas que vieron a su hija. Los tres salieron de un bar y se subieron a un automóvil, después nunca más se supo de ella. Pese a esto, ninguno de los principales sospechosos fue citado a declarar.
Analí es madre de dos menores de edad y vivía en la capital poblana, pero a mediados de 2020 llegó a Tecamachalco. Primero estuvo viviendo con una de sus primas y luego se independizó.
Analí consiguió trabajo en ese municipio y también conoció a Alex, a quien ella se refería como su novio.
La mañana de este lunes 14 de febrero la familia de la joven, acompañada de integrantes del Colectivo Voz de los Desaparecidos, se manifestó en el Zócalo de Puebla y marchó hasta la Fiscalía General del Estado (FGE) para exigir avances en la búsqueda.
El padre consiguió indicios relevantes que en su momento entregó a la dependencia, pero desde hace siete meses el Agente del Ministerio Público que lleva el caso de su hija no se ha comunicado con él.
Ante el poco interés mostrado por la Fiscalía, Joel buscó y encaró a Alex, quien hasta el momento es el principal sospechoso. Este sujeto trabaja en una farmacéutica y distribuye medicamentos en la zona de Tecamachalco, Quecholac y Tehuacán.
“Primero dijo que no la conocía, pero cómo no la va a conocer si en los videos se ve con él. Ya después me dijo que sí la conocía, pero no era su novio, solo su amigo y luego una sobrina mía me enseñó mensajes donde Analí le dijo que sí se veía con ese tipo. Yo todos esos mensajes se los entregué a Fiscalía y dijeron que lo iban a investigar, pero no investigaron nada”, declaró Joel Merino minutos antes de ser recibido por un representante de la dependencia.
Lo único que los agentes investigadores tienen en su poder es un celular que Alex entregó pero después de revisarlo determinaron que no existía ningún indicio que pudiera llevar al paradero de Analí.
Su papá aseguró que este hombre entregó otro dispositivo para asegurarse de que no encontraran nada que lo incrimine.
Con los datos que obtuvo Joel también descubrió que Chuy, el otro hombre que vio por última vez a su hija, es un trabajador de Alex pero la Fiscalía no lo ha citado a declarar pese a que podría aportar información relevante
“Yo conseguí dos o tres videos donde mi hija se ve con él (Alex). Ese muchacho llevaba a otro que le dicen Chuy. Y yo digo que es como su guardaespaldas. Ahí bien que se ve que se hablan. Fueron a un bar que se llama 360, de Tecamachalco, y me dieron autorización para sacar los videos. Todo se lo entregué a Fiscalía y cuando fui a preguntar que si ya los habían investigado resulta que solo le quitaron su teléfono a Alex y que la Policía Cibernética no encontró nada”.
Para Joel, su hija fue víctima de una red de trata de personas porque Alex “tenía a varias muchachas”.
“Alguien la tiene o se la llevaron porque ese muchacho, el tal Alex, también conocía a varias muchachas, eso fue lo que investigué. Yo sé que es él, por qué anda con una persona que lo anda cuidando (…) que los enfrenten a los dos para ver quién miente”.
Alex aseguró que al salir del bar dejaron a Analí a la orilla de una carretera y ya no supo qué ocurrió con ella. Joel no pudo tener acceso a las cámaras de vigilancia de esa zona porque es un lugar poco transitado y oscuro. La última grabación que consiguió no comprueba lo declarado por este hombre.