Hasta ahora, la legislación nacional no reconocía a los trastornos mentales como padecimientos ocasionados por los factores de riesgo psicosocial relacionados con el trabajo. Especialistas coinciden que esto ayudará a mejorar la cultura de prevención en salud mental en las empresas.
El burnout, la depresión, la ansiedad y el insomnio son trastornos mentales que fueron finalmente reconocidos como padecimientos que pueden ser causados por el empleo, de manera que quienes sean diagnosticados con alguno de ellos tendrán derecho a incapacidades. Esto forma parte de la nueva tabla de enfermedades de trabajo aprobada por el Poder Legislativo.
El Senado de la República dio luz verde este martes a una reforma a los artículos 513, 514 y 515 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) para actualizar la tabla de enfermedades laborales, un proyecto que fue impulsado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tras más de cinco décadas sin haberse modificado y que considera 88 nuevas patologías.
Antes de estos cambios legales, el único padecimiento mental reconocido era la neurosis, la cual estaba catalogada como una enfermedad endógena, es decir, derivada de la fatiga industrial. Con la reforma se incluye por primera vez la clasificación de “trastornos mentales” dentro de este listado y se reconocen cuatro padecimientos: estrés, depresión, ansiedad y trastorno no orgánico del ciclo de sueño vigilia (insomnio).
“El trabajador que desarrolle uno de estos trastornos ya puede obtener la calificación de enfermedad de trabajo, con eso se marca la pauta para dar este beneficio al trabajador que estuvo expuesto al riesgo psicosocial y detonó en un trastorno de estrés o depresivo”, explica Hosanna Rodríguez, especialista en salud ocupacional e integrante del grupo de trabajo que participó en la inclusión de los padecimientos mentales en la tabla.
“En la tabla previa se reconocían trastornos mentales, pero asociados a elementos químicos o síntomas mentales secundarios a un traumatismo craneoencefálico, pero no se reconocía la presencia de otros elementos que son dañinos para la salud y que no son ni físicos ni químicos, que son los factores de riesgo psicosocial”, dice Jorge Mérida, socio creativo de ADN Wellbeing.
Paradójicamente, desde el 2018 México reconoce a través de la NOM-035 que las condiciones en las que se desarrolla un trabajo, como las jornadas extensas, la sobrecarga de trabajo o los liderazgos negativos, tienen un impacto negativo en la salud mental de las personas, pero hasta ahora, no se reconocían las enfermedades que se ocasionan por la exposición a dichos elementos.
“En términos normativos, se cierra el círculo. Ya se tenía la obligación de identificar factores de riesgo psicosocial, de medirlos, de prevenirlos, pero todavía no se cerraba el círculo, era la última pieza que faltaba. Era como reconocer las causas, pero no las consecuencias”, apunta Jorge Mérida.
Aunque la tabla de enfermedades indica que los cuatro trastornos mentales pueden afectar a todos los trabajadores sin importar su actividad, considera como la fuerza laboral más expuesta a éstos la conforman quienes laboran en los siguientes sectores:
Salud
Educación
Transporte (terrestre, marítimo y aéreo)
Atención a usuarios
Seguridad pública y privada
Fuerzas armadas
Atención a desastres y urgencias
Buceo industrial
Comercio
Banca y finanzas
Sector industrial
“La mayoría son actividades que trabajan con gente, y ésa es la parte difícil. Pero cualquier otro trabajador puede ser diagnosticado con estos trastornos; por ejemplo, un trabajador que está en una zona aislada. El abanico de posibilidades está abierto”, expone Hosanna Rodríguez.
La tabla y la prevención en salud mental
Aunque la tabla de enfermedades de trabajo es un instrumento para cuando el daño ya está hecho, es decir, cuando las condiciones del empleo ya generaron un trastorno mental, los especialistas confían en que el reconocimiento del estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio como padecimientos laborales, abonará a la cultura de prevención en salud mental.
“Los planes de vigilancia, prevención y promoción de la salud en el trabajo están dirigidos al giro que perteneces y a las enfermedades que se pueden desarrollar. Y uno de los indicadores de desempeño en las áreas de salud ocupacional es mantener la prima de riesgo a raya. Creo que la reforma puede tener un efecto motivador para estas áreas porque son de las afectaciones en salud más comunes”, opina Jorge Mérida.
En eso coincide Hosanna Rodríguez. Para la especialista, la actualización de la tabla de enfermedades ayuda a sensibilizar al sector patronal sobre la importancia de la prevención. “Ya podemos decirles ‘si no atendemos la salud mental, pueden calificar un trastorno de estrés grave y eso puede elevar la cuota obrero-patronal que pagas ante el IMSS’, nos da armas tanto para la protección al trabajador como para levantar los semáforos en las empresas”.
Los especialistas afirman que el impacto económico que pueden generar las incapacidades por trastornos mentales presionará a las empresas a reforzar sus programas de prevención.
Con la aprobación del Senado, esta reforma a la LFT concluyó el proceso legislativo, pues había sido previamente aprobada por la Cámara de Diputados en abril pasado. El proyecto fue enviado al Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Una vez que se realice este trámite, la STPS tendrá un plazo de 45 días hábiles para publicar en el DOF el Catálogo de las Cédulas para la Valuación de las Enfermedades de Trabajo, un instrumento complementario a la tabla y que ayudará a los médicos de salud ocupacional a realizar el diagnóstico y a definir los estudios clínicos que pueden hacerse para confirmar la patología.