Si existe un grupo parlamentario que se caracteriza por su “doble moral”, es el de los panistas, sobre todo porque ya estuvieron en el poder y -hay que decirlo- en materia de aviación fueron un completo desastre.
En 2005, cuando la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) criticó duramente al gobierno de Vicente Fox, asegurando que en ese momento el gobierno federal tenía la intención de deshacerse de la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (CINTRA), fundada nueve años antes para evitar la inminente quiebra (a manos de particulares) de las dos principales compañías aéreas del país: Mexicana de Aviación y Aeroméxico. Hace 20 años los pilotos sindicalizados le dijeron fuerte y claro al gobierno panista: volver a privatizar era un error, y el paso del tiempo les dio la razón.
Jesús Stabros, que había sido piloto de Mexicana de Aviación, en ese lejano 2005 era el secretario general de ASPA, y en ese momento hizo unas declaraciones que -hoy podemos ver- se cumplieron, y no es porque Chucho fuera un gran “adivino”, sino porque conocía a profundidad la aviación.
Desde el 2005, una de las críticas más grandes que la industria le hizo al gobierno de Fox fue la falta de una política aeronáutica; dicho de otra forma, la carencia de un eje rector, claro y conciso para gestionar a un sector estratégico como la aviación; en esa administración quedó claro que para los panistas del gobierno “del cambio”, la industria aeronáutica no era importante.
Rescato las declaraciones que entonces hizo Jesús Stabros, porque hoy siguen resonando de manera “muy vigente”. El periódico La Jornada reseñó las palabras del entonces secretario general de ASPA, vertidas en la Asamblea General Conmemorativa del 47 aniversario del sindicato de pilotos:
En ese momento Strabros declaró “que en la presidencia de Vicente Fox prevalecía una “visión parcial” en la desincorporación de las aerolíneas, basada exclusivamente en aspectos ‘meramente financieros, de competencia’… Desde hace muchos años la aviación mexicana ha caído en una espiral de decisiones equivocadas, con la venta de las dos principales aerolíneas comerciales del país y estamos a punto de cometer otro desacierto”.
Estas declaraciones por supuesto se dieron con la presencia de Vicente Fox en el evento, quien evidentemente hizo oídos sordos, y se dedicó a señalar muy ufano los “logros” de su gobierno en materia de aviación.
“Éxitos” como la construcción de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que según lo afirmado por este personaje, iba a durar “50 años”, pero que en los hechos no fue así, sino que más bien se convirtió en una pifia, dados los fracasos de las obras que terminó entregando, a las que en este espacio nos hemos referido “largo y tendido”, derivado de las deficiencias de dicha terminal, presentes desde su construcción, y posteriores a su inauguración.
Jesus Stabros no se amilanó en aquella asamblea por haber sido ignorando por el entonces primer mandatario, y continúo con los reclamos en su discurso, resaltando la importancia de que la aviación permaneciera “en manos de mexicanos, de sus inversionistas, su gobierno y sus trabajadores… No es fortuito que a escala internacional los gobiernos contra los que competimos cuentan con una política de Estado que protege su industria aeronáutica”.
En dicho evento Stabros criticó fuertemente que el gobierno panista de Fox se hubiera cerrado a escuchar a los trabajadores, y desechara sus propuestas. Los trabajadores solamente buscaban la protección de la industria aérea nacional, por eso para ASPA en ese 2005 era importante que el gobierno federal les permitiese la creación de un “Consejo Nacional de Aviación”, con la finalidad de cuidar la entrega de las concesiones.
Pero el contexto es importante; 2005 fue el año en el que Vicente Fox regaló a diestra y siniestra concesiones de transporte aéreo de pasajeros, incluyendo a sus hijastros, que quisieron jugar a los avioncitos. Estamos hablando que en ese momento en el mercado existían 11 empresas: Mexicana, Aeroméxico, Aerolitoral, AeroCaribe, Aviacsa, Aerolíneas Internacionales, Taesa, AeroCalifornia, Allegro, Líneas Aéreas Azteca y Magnicharters.
El discurso panista se centró en que buscaba “romper con el monopolio” que significaba que Aeroméxico y Mexicana estuviesen juntas en CINTRA. Porque a ojos de ellos, “no había competencia”. Por eso en 2005 vimos la llegada de 7 aerolíneas más: Volaris, Viva, Interjet, Aerolíneas Mesoamericanas, Avolar, NovaAir, y Global Air, aerolíneas que fueron subsidiadas durante cinco años por el gobierno.
Esto es, había más de 10 aerolíneas funcionando en el país, y aun así el gobierno panista etiquetó de enemigo y “malvado monopolio” a Mexicana y a Aeroméxico, y el gobierno de Vicente Fox estaba dispuesto a vencerlo. En ese contexto fueron vertidas las declaraciones de Stabros ante el mandatario del país.
Y es que dentro de la larga lista de reclamos estaban los temas del otorgamiento de las concesiones, de cómo se iban a explotar las rutas, y sobre todo cuáles serían los criterios para las relaciones bilaterales, como en el caso del vecino país del norte; todo para lograr que se consolidara la aviación nacional, pero en condiciones equitativas.
Lo he dicho infinidad de veces, nuestra aviación nacional es muy pequeña; en ese entonces la flota de Mexicana y Aeroméxico juntas no llegaban ni a los 100 aviones. Hoy el total de la aviación comercial nacional es de poco más de 350 aeronaves, imposible de comparar con la aviación norteamericana. Tan solo American Airlines, ella solita, tiene casi mil aviones de flota aérea.
Existieron otros temas que en esa asamblea terminaron cayendo “en oídos sordos”, como el nacionalismo dentro de la aviación, y para la posteridad así lo dijo Chucho Stabros:
“Ser nacionalista es prever riesgos y amenazas, anticiparse a los hechos y corregir el rumbo… Los tiempos políticos “adelantados” en que vivimos, la nación debe estar unida, cohesionada y bien dirigida en su transición y en su democracia… Los trabajadores somos clave para la estabilidad, la paz y la prosperidad nacional… Los pilotos saben que si se derrumba la industria aeronáutica nacional, quienes perdemos primero somos los trabajadores y con nosotros la sociedad… ASPA representa a un sindicalismo ‘orgullosamente nacionalista’.”
Puedo decir que Jesús Stabros es un importantísimo referente en el mundo de la aviación. Cuando a Mexicana de Aviación la “bajaron a la mala” (2010), el capitán fue uno de los pocos legisladores que abrieron las puertas de la Cámara de Diputados para que los trabajadores fuéramos escuchados.
Y es que además de piloto aviador y abogado por la UNAM, Jesús Stabros es un político que ha sido legislador en varias diputaciones federales y locales. Incluso en su natal San Luis Potosí fue candidato a gobernador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Políticamente no somos afines, pero no voy a menoscabar el respeto que me inspira. Porque desde ese fatídico 2005 él se percató de lo que se veía venir. Desafortunadamente, en la euforia por sacar de Los Pinos al partido político que llevaba 70 años, las palabras y advertencias del capitán Stabros quedaron diluidas, y fueron ignoradas por el gobierno federal de Fox.
El presidente “del cambio”, sí, pero también el presidente al que no le importó regalar a Mexicana de Aviación, y que si no pudo hacer lo mismo con Aeroméxico no fue por falta de ganas, sino porque en ese momento se retiró su posible comprador, el primer grupo turístico español Globalia.
Pero esa misma “comezón” la tuvo el siguiente gobierno panista, y esta venta se daría con el gobierno de Calderón, envuelta en un escándalo mayúsculo de corrupción, tal y como en su momento lo aseguró el exprocurador fiscal Gabriel Reyes Orona; “La venta de Aeroméxico ‘está arreglada’ para beneficiar a un grupo en que participa Banamex, y al gobierno de Felipe Calderón le urge concretar la operación para evitar que pague el impuesto empresarial a tasa única, establecido en la reforma fiscal para las operaciones realizadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)”, como puntualmente recoge la nota de La Jornada del 15 de octubre del 2007.
¡Más datos albiazules! No podemos pasar por alto que el pésimo manejo en materia aeronáutica, propició el incremento de accidentes aéreos en los gobiernos panistas.
El recuento de fallecimientos abarca de 2005 a 2011, y proviene del Grupo Expansión:
- Ramón Martín Huerta quien fuera secretario de seguridad pública federal durante la presidencia de Vicente Fox
- Gustavo Alberto Vázquez exgobernador de Colima
- Juan Camilo Mouriño secretario de gobernación, de cuyo accidente en un momento de la investigación se culpó (maliciosamente) a la estela de cola del avión de Mexicana de Aviación.
- José Luis Santiago Vasconcelos subprocurador de la Procuraduría General de la República (PGR)
- Guillermo Zavaleta Rojas y Juan Huerta Montero diputados federales,
- Francisco Blake Mora, también secretario de gobernación que quedó en lugar de Mouriño, y que ya no llegó a la cita programada en la SCT con los sindicatos ASSA, ASPA, SNTTTAS y trabajadores de confianza para abordar el tema de la bajada de vuelo de Mexicana,
- Equipo de campaña de Roberto Borge, entre los fallecidos Fernando Marchan, jefe de seguridad, y los asistentes Oscar Esquivel, Jesús Garmendia, Mauri Magaña, Daniel Pacheco y Katy Rodríguez.
Entonces ¿quieren que hablemos de seguridad aérea en la docena trágica panista? Y eso que no estoy contando la degradación a categoría 2 que sufrimos, justamente por estos accidentes aéreos tan lamentables que se dieron en nuestro país.
Es por eso que hoy, con todo esto puedo decirle a los panistas que tienen una doble moral. Hoy exigen cuentas con vehemencia, como si en el pasado ellos hubiesen trabajado en pro de la aviación mexicana. Pero eso, estimados lectores, es totalmente falso.
¿Les molesta el término “doble moral”? Yo veo que por lo menos en el tema de la aviación comercial nacional, actúan de manera diferente con distintos grupos de personas y que aplican criterios morales distintos a cada grupo.
Si eso no es doble moral entonces le llamaré “hipocresía”, porque fingen cualidades y sentimientos contrarios a los que verdaderamente tienen. Y bueno, ya que tengo el diccionario en la mano leo que también puedo decir: falsedad, fingimiento, doblez, cinismo, fariseísmo, insinceridad, disimulo, simulación, santurronería, comedia o abulencia. Escojan el que mejor les acomode.