En el promedio de los primeros cinco meses del año el precio al público del gas licuado de petróleo (LP), que se utiliza en siete de cada 10 hogares llegó a 25.03 pesos por kilogramo, su máximo histórico que es además 7.4%, o 1.7 pesos por kilogramo, superior al del año anterior y nada menos que 65%, que son 9.8 pesos por kilogramo, más alto que lo que costaba hace cinco años, cuando inició la apertura del mercado en 2017.
Tras la reforma del 2014, se ordenó un periodo de transición hacia la apertura del mercado del gas LP, donde hasta entonces Petróleos Mexicanos (Pemex) era el único proveedor mayorista o de primera mano e importador, aunque arrendaba infraestructura para de almacenamiento y transporte a privados y compraba ya más de 60% de la demanda nacional en el extranjero, al no contar con el suficiente abasto por parte de su sistema de Transformación Industrial.
A lo largo del 2016, las empresas comenzaron a importar directamente y a vender el producto a los comercializadores de última milla, que son los que le venden directamente al público. Entonces, en 2017 se llegó a un precio promedio nacional de enero a mayo de 15.17 pesos por kilogramo, el más alto hasta entonces, pero sobre el cual existía la promesa de que la competencia disminuiría los precios.
Sin embargo, para el 2018 el precio promedio nacional de los primeros cinco meses del año aumentó en 20%, sumando más de tres pesos por kilogramo al precio que se ubicó ya en 18.24 pesos por kilo. Y al cambiar la administración, el alza en los precios no se contuvo, sino que en los primeros cinco meses del 2019 llegó a 19.14 pesos por kilogramo, con un incremento de 89 centavos por kilo o 4.8% en relación con el mismo periodo del año anterior.
Así en 2020, que por el cese de actividades y movilidad derivado de la pandemia del Covid 19 fue el peor año en décadas para la economía global, el precio promedio del gas LP bajó a 17.82 pesos por kilo, es decir, una reducción de 1.3 pesos por kilo o 6.9% anual.
Aunque cabe recordar que ese año el precio del petróleo al cual está ligado el de este combustible que es su derivado, llegó durante algunas horas a cero y tuvo su peor caída desde la crisis de los 90 en Medio Oriente, reduciéndose por lo menos 10 veces más de lo que cayó el precio al público del gas LP en México.
Y ya para 2021, con los inicios de la recuperación económica, los precios al público parecieron recuperar las pérdidas del año anterior porque en el promedio de enero a mayo aumentaron 31% o 5.4 pesos por kilogramo en comparación con el año anterior.
Fue entonces que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) intervino mediante su Autoridad Investigadora, que alertó sobre la falta de competencia en este mercado, donde en diciembre pasado en su Dictamen Preliminar estableció que no existen condiciones de competencia en 213 mercados geográficos y que entre 2016 y 2021 se observó un incremento promedio de 145% en el margen de ganancia bruto de los distribuidores a nivel nacional.
Así, desde agosto pasado el gobierno federal impuso topes al precio máximo al público dividiendo al país en 125 regiones, pero la volatilidad en los precios en no ha contenido las alzas.