Un tribunal de apelaciones de Texas anunció este lunes que suspendía la ejecución de Melissa Lucio, una mujer estadunidense de origen mexicano que había sido condenada a muerte por el supuesto asesinato de su hija de dos años, en un polémico caso que generó una ola de indignación a nivel mundial.
La fecha de ejecución de Melissa Lucio estaba prevista para el 27 de abril por el homicidio en 2007 de su bebé de dos años, Mariah, cuyo cuerpo fue hallado en la casa familiar cubierto de moretones, días después de que cayera por las escaleras.
Embarazada de gemelos en aquel entonces, Lucio tuvo una vida marcada por las agresiones físicas y sexuales, adicciones a las drogas e inestabilidad económica
La policía sospechó inmediatamente que golpeó a su hija y la interrogó largamente apenas unas horas después de la muerte.
Después de decir que «no lo había hecho casi unas cien veces», a las tres de la mañana realizó una confesión «completamente extorsionada», según Sabrina Van Tassel, directora del documental «The State of Texas vs. Melissa», que se estrenó en 2020.
Esa confesión fue «lo único que tuvieron en su contra», dijo Van Tassel, convencida de que «no hay nada que conecte a Melissa Lucio con la muerte de su hija, no hay ADN, no hay testigos».
Durante el juicio, un doctor dijo que era el «peor» caso de abuso infantil que haya visto.
Pero una incapacidad física de Mariah que la volvía inestable cuando caminaba, y pudo explicar su caída, no fue tomada en cuenta por los expertos, según la defensa de Lucio, que también argumentó que los hematomas pudieron haber sido causados por un trastorno de la circulación sanguínea.
Ninguno de los hijos de Melissa la ha acusado de ser violenta.
En tanto que el fiscal fue más tarde condenado a prisión por corrupción y extorsión.
El documental desató un movimiento de solidaridad en favor de Lucio impulsado por celebridades de Hollywood, organizaciones civiles y políticos extranjeros.