Nvidia volvió a encender los reflectores con sus resultados del tercer trimestre fiscal, al reportar ganancias por 31 mil 910 millones de dólares, una cifra que representa un salto anual del 65 por ciento. El impulso vino, una vez más, de la demanda casi insaciable por los procesadores que alimentan los centros de datos donde se entrenan y operan los modelos de inteligencia artificial.
Los ingresos totales de la compañía alcanzaron 57 mil 006 millones de dólares, lo que marca un nuevo récord para la firma dirigida por Jensen Huang. El repunte no solo superó sus propias proyecciones, sino que también rebasó las estimaciones del mercado. De ese monto, el negocio de centros de datos —hoy la columna vertebral de la compañía— aportó 51 mil 215 millones, consolidando su papel como el principal motor del crecimiento.
En los primeros nueve meses del año fiscal, Nvidia acumuló un beneficio neto de 77 mil 107 millones de dólares, un aumento del 51.8 por ciento respecto al año anterior. Durante ese mismo periodo, los ingresos sumaron 147 mil 811 millones, impulsados por el auge de sus GPU, tanto para tareas de entrenamiento como para procesos de inferencia.
Durante la llamada con inversionistas, Huang subrayó que la nueva generación de procesadores Blackwell está viviendo una demanda “fuera de serie”, al grado de que muchos productos se encuentran agotados. Para el directivo, la industria está entrando en un momento clave donde la adopción de IA avanza más rápido que la capacidad instalada.
El informe trimestral ofreció un respiro a los inversionistas, quienes en semanas recientes mostraron preocupación por la posibilidad de una burbuja en la inversión de infraestructura de IA. Las acciones de Nvidia habían retrocedido casi 8 por ciento en noviembre, luego de un rally de alrededor del 1,200 por ciento en apenas tres años. Aun así, Huang rechazó que el sector esté inflado y aseguró que la demanda actual responde a necesidades reales de cómputo.
Para el cierre del cuarto trimestre fiscal, la empresa estima ventas por 65 mil millones de dólares, una previsión que supera por amplio margen los 61 mil 660 millones que calculaba el consenso de analistas. El segmento de centros de datos, nuevamente, sería el encargado de sostener ese crecimiento.
A pesar de los buenos números, varios especialistas señalan que persiste la duda sobre qué tan sostenible será el ritmo actual. Analistas como Ruben Roy, de Stifel, advierten que la inversión en infraestructura de IA podría enfrentar límites en el mediano plazo. Además, el negocio de Nvidia mostró una mayor concentración: solo cuatro clientes representaron 61 por ciento de las ventas trimestrales.
La empresa también duplicó el valor de contratos para rentar sus propios chips, pasando de 12 mil 600 millones a 26 mil millones, un movimiento que refleja no solo la demanda sino también las dificultades de algunos clientes para conseguir procesadores de manera directa.