La calle 21 Sur entre la 9 y 13 Poniente, así como la 11 Poniente a la altura de la 19 Sur en el Barrio de Santiago de la capital poblana se convirtieron en zonas peatonales, pues tras la rehabilitación del Barrio de Santiago por parte del ayuntamiento de Puebla se colocaron bolardos para impedir el paso de vehículos.
Fueron alrededor de 20 estructuras metálicas las que se instalaron con el objetivo de que la intervención favorezca a los transeúntes, pues ahí se concentra un gran número de estudiantes de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Sin embargo, con esto la Ruta 44, la cual subía por la 11 Poniente para luego girar hacia la 13 Poniente, como parte de su derrotero, también dejó de pasar por ahí, por lo que ahora modificó su trayecto.
En el lugar se observa que se cambió el adoquín, se sembraron árboles y plantas, además de que se colocaron bancas de concreto para el disfrute de quienes acuden a la zona antes mencionada.
Estas modificaciones no habían sido oficializadas, pues si bien en su momento se dijo que serían peatonales, esta medida fue cancelada por el mismo alcalde de Puebla, Adán Domínguez Sánchez.
Incluso en los primeros días de agosto el titular de la Secretaría de Infraestructura y Movilidad del ayuntamiento de Puebla, Edgar Vélez Tirado, señaló que sería semipeatonal, pues habría un carril para automóviles y uno para peatones. Pese a ello este día fueron instalados los bolardos.
Al respecto del tema, estudiantes de la UPAEP aseguraron que no es factible que las calles se vuelvan peatonales, ya que limita a que puedan llegar más rápido a sus clases, debido a que el camión y hasta los servicios de plataforma ya no pueden ingresar como antes lo hacían.
Esta no es la única crítica, puesto que aquellos que tienen coche e ingresaban de ese lado tampoco pueden hacerlo ahora, lo cual les dificulta llevar vehículo a la universidad.
De manera anónima los estudiantes de dicha casa de estudios indicaron que no es viable que se hayan colocado bolardos, pues con esto se genera más tráfico del que ya había en la zona.
Otra de las razones que expusieron los jóvenes fue que a veces salen tarde de la escuela y para poder tomar el autobús tienen que caminar al menos dos calles, aun sabiendo que en la zona se presentan asaltos, por ello la situación se volvió peligrosa.
Considero que están mal colocados porque en sí el tráfico es un desastre, no hay semáforos para que podamos pasar como peatones y esta no es la calle indicada para eso. Hasta el camión dejó de pasar y hay que caminar más para poder abordar
indicó una de las alumnas entrevistadas.
En primeras impresiones, las modificaciones a las calles no fue bien recibida por muchos.
A la par, otros estudiantes precisaron que tienen que salir con más tiempo para que no se les haga tarde, debido a que la zona se convirtió en un cuello de botella, pues la circulación ya no es fluida por la peatonalización.