Alfredo Aquiles Colimoro Sarellano de 60 años de edad era un empresario que desarrolló sus negocios en la ciudad de Puebla. El 15 de julio de 2019 fue asesinado a balazos cuando intentaron llevárselo por la fuerza en la colonia Anzures.

Tres de los implicados en el asesinato del empresario fueron detenidos y siguen en prisión, sin embargo, ahora se sabe que una mujer estuvo detrás del crimen, por lo que fue ubicada, arrestada y sentenciada a más de 27 años de cárcel.

Se trata de Laura N, cuyo arresto se llevó a cabo el día 27 de mayo de 2021, mientras que el 2 de junio del mismo año se le impuso prisión preventiva.
Más adelante, el 15 de mayo de 2023 durante juicio oral a la mujer se le dictó sentencia condenatoria y el 22 de mayo las autoridades judiciales le informaron que se hizo acreedora a una pena de 27 años y 6 meses de prisión, además de que se le ordenó la reparación del daño material por 422 mil 450 pesos y el pago de 84 mil 400 pesos por reparación del daño moral, informó este jueves en rueda de prensa la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE Puebla).

Otros tres implicados, Martín N de 38 años de edad (quien le disparó a la víctima); Moisés N de 20 años (quien robó el celular de Alfredo Aquiles), y Jairo N de 58 años, quien manejaba el taxi en el que los dos primeros pretendían huir, siguen presos en el penal de San Miguel luego de que fueran vinculados a proceso por el delito de homicidio.

Alfredo era un empresario originario de la Ciudad de México que instaló su negocio de almacenaje en la ciudad de Puebla, ya que ésta le gustaba mucho, no obstante, la mañana del 15 de julio de 2019 fue interceptado por dos de los hoy detenidos, quienes lo amagaron y lo llevaban privado de la libertad en su propio vehículo, un automóvil modelo C250 de la marca Mercedes Benz. Al ir circulando sobre la 39 Oriente, entre la 12 y 10 Sur, la víctima bajó y trató de huir

En ese momento uno de los plagiarios le disparó a la víctima y una vez que estaba tendido en el suelo, se acercó y le realizó un segundo disparo en la espalda para después huir corriendo junto con un cómplice sobre la 10 Sur, no sin antes robarle su teléfono celular.

Aunque intentaron huir en un taxi, calles más adelante fueron ubicados y detenidos. En tanto la familia Alfredo, en su momento exigió justicia, ya que aseguró que la víctima no era de problemas con nadie e incluso un día antes de su asesinato había librado el cáncer de colon.