El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, remitió al Congreso local una iniciativa de reforma, a fin de que, por ley, los prestadores de servicio de seguridad privada estén obligados a capacitar a su personal operativo, así como a acreditarlos con exámenes de control y confianza. De no hacerlo, podrían ser acreedores con multas de hasta 565 mil pesos.
En la iniciativa, que pretende modificar la Ley de Seguridad Privada del estado de Puebla, Armenta Mier argumentó que diversos casos documentados en la entidad han evidenciado la falta de profesionalismo, capacitación y confiabilidad de diversos elementos de seguridad privada, lo que ha derivado en actos de abuso, colusión con grupos delictivos o negligencia en la prestación del servicio, debilitando la confianza de la ciudadanía.
Por lo anterior, afirmó, es necesario regular las actividades de quienes prestan los servicios de vigilancia, protección de personas, bienes e inmuebles, traslado de valores y otros, estableciendo requisitos mínimos para su operación.
De ser aprobada esta reforma, que actualmente es analizada en comisiones, los prestadores de servicios estarán obligados a capacitar a su personal operativo a través de la universidad o dependencia de gobierno competente, previo pago de los derechos correspondientes. En el caso de quienes usan armas, estos deberán acreditar habilidades como adiestramiento en manejo de armamento y cursos actualizados de tiro con arma corta y larga.
Asimismo, deberán cumplir con las evaluaciones de control de confianza, las cuales se llevarán a cabo en el Centro Único de Evaluación y Control de Confianza del Estado de Puebla del Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, o bien en la universidad competente.
En consecuencia, los prestadores de servicio deberán informar a la Dirección General de Seguridad Privada del gobierno estatal, dentro de los primeros cinco días hábiles de cada mes, la totalidad de su planilla laboral actualizada. También deberán aplicar a sus elementos exámenes periódicos de confianza en el Centro Único de Evaluación y Control de Confianza, o de la dependencia o entidad del estado competente.
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Si los efectivos incumplen este paso, los prestadores de servicio deberán remitir al gobierno estatal, en los tres días hábiles siguientes a los resultados, la documentación que compruebe que fueron dados de baja. De lo contrario, podrían ser acreedores a multas de 500 a cinco mil Unidades de Medida y Actualización (UMA), que equivalen a 56 mil 570 hasta 565 mil 700 pesos.