El número de connacionales deportados a la región de Tehuacán continúa en aumento, debido a las redadas migratorias que se intensifican en Estados Unidos. Migrantes afectados han denunciado haber sido víctimas de maltratos y tratos inhumanos por parte de las autoridades estadounidenses durante estos operativos.
El representante del Colectivo Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el sacerdote Anastasio Hidalgo Miramón, informó que tan solo el pasado lunes arribaron a Tehuacán al menos ocho migrantes deportados, originarios de la comunidad de San Esteban Necoxcalco, en el municipio de San Antonio Cañada, así como de la junta auxiliar de San Marcos Necoxtla y del municipio de Ajalpan. Todos ellos aseguraron haber sido víctimas de abusos y violaciones a sus derechos durante el proceso de deportación.
De acuerdo con los testimonios recogidos por el colectivo, los migrantes fueron detenidos hace 13 días durante redadas y posteriormente expulsados de manera forzada a México, sin pertenencias y únicamente con la ropa que llevaban puesta.
Ante esta situación, el párroco indicó que los afectados han intentado comunicarse con conocidos en Estados Unidos para recuperar sus pertenencias, aunque reconoció que las posibilidades son mínimas.
Hidalgo Miramón también señaló que la política antimigrante no solo ha afectado a los mexicanos, sino también a personas originarias de Honduras, Guatemala, Colombia y otros países, quienes enfrentan condiciones cada vez más adversas durante las deportaciones.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades mexicanas, consulados y la Comisión de Derechos Humanos, el sacerdote aseguró que las agresiones y los abusos por parte de las autoridades estadounidenses no han cesado.
Añadió que, aunque el colectivo está brindando ayuda a quienes retornan, los esfuerzos han sido rebasados, ya que no se cuenta con recursos suficientes para cubrir necesidades básicas como empleo, alimentación y otros apoyos urgentes.
Finalmente, advirtió que se esperan más deportaciones en los próximos días, y expresó preocupación por los métodos cada vez más agresivos que se están utilizando en Estados Unidos contra los migrantes.