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Cáncer de mama: una enfermedad compleja que sigue en aumento

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El cáncer de mama es una enfermedad compleja que sigue en aumento; sin embargo, podemos prevenirla o tratarla y recuperar una vida lo más normalmente posible.

Lo anterior se puso de manifiesto durante las Jornadas sobre cáncer de mama 2025. Más allá del rosa: ciencia y sociedad frente al cáncer de mama, efectuadas en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, las cuales contaron con colaboración interinstitucional.

Leticia Rocha Zavaleta -quien junto con Sandra Lorena Romero Córdoba organizaron esta actividad y forman parte del Programa Institucional de Cáncer de Mama de la UNAM- recalcó: existen posibilidades para el tratamiento y recuperar una vida normal; para ello, la detección oportuna es fundamental.

Hay poblaciones que pueden sufrir ese padecimiento, pero tienen poca visibilidad: mujeres jóvenes (de menos de 40 años); aquellas en periodo perinatal (antes, durante y después del embarazo); y los varones. Se suma el grupo de hablantes de una lengua indígena, apuntó la científica.

¿Cómo estamos en números?

La directora del Instituto de Oncología de TecSalud, Cynthia Villarreal Garza, refirió: en México, de todas las pacientes que se diagnostican con la enfermedad, aproximadamente 12 por ciento corresponde al grupo de jóvenes de 40 años o menos.

En la primera sesión de las Jornadas, Ciencia en acción: Investigación básica para entender, prevenir y tratar, la también profesora e investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey señaló que las pacientes jóvenes tienen una biología tumoral distinta, pues presentan cánceres más agresivos, tumores de alta proliferación, etapas más avanzadas al diagnóstico y peor pronóstico de vida.

En el Instituto Nacional de Cancerología, 15 por ciento de las cuatro mil 315 atendidas en el periodo de 2007 a 2014 correspondió a ese grupo. Cuando las comparábamos con el no joven, vimos que en más de la mitad de los casos se presentaron con tumores muy grandes, de más de cinco centímetros y 15 por ciento tenía cáncer metastásico.

Del total, 93 por ciento recibió quimioterapia y 85 por ciento se canalizó a mastectomía. Ellas “presentan 10 por ciento más recurrencias y menos supervivencia global en comparación con las mayores”, detalló durante su conferencia titulada Caracterización de pacientes jóvenes con cáncer de mama en México y línea de implementación/investigación asociadas.

Con frecuencia se induce una menopausia súbita, por la quimioterapia y el tratamiento antihormonal cuando se ocupa, y ello tiene efectos secundarios agudos que se pueden profundizar con el tiempo, alertó Villarreal Garza.

A lo anterior se suma que las necesidades sociales y psicológicas son distintas, ya que en esa etapa se consolidan en los ámbitos personal, social, familiar y profesional, esferas que se ven afectadas.

La experta comentó un estudio realizado a 29 pacientes que tenían de seis a 12 meses de haber recibido el diagnóstico. “Ahí entendimos que había tres necesidades particulares no resueltas y de mucha importancia”: apoyo psicológico, durante y después del tratamiento para ellas y sus familias; comunicación asertiva por parte de los profesionales de la salud; y material educativo.

En otro trabajo realizado en 134 jóvenes se encontró que la tercera parte no había tenido hijos, más de 40 por ciento estaba preocupada por el aspecto de la fertilidad al momento del diagnóstico, y solo 30 por ciento recordó que alguien le hubiera mencionado esa posible repercusión; del total, únicamente una fue sometida a un procedimiento de preservación de fertilidad. “Aquí vimos una gran necesidad de intervención”.

¿Qué debemos saber?

En las jornadas la comunidad universitaria fue instruida en la materia por Rocha Zavaleta y Ana Cecilia Rivas, investigadoras del Instituto de Investigaciones Biomédicas; Tatiana Fiordelisio Coll, de la Facultad de Ciencias; Mayra Furlan Magaril, del Instituto de Fisiología Celular; y Allan Noé Domínguez Romero, de la Facultad de Química, de la UNAM.

Tatiana Fiordelisio Coll compartió información sobre los modelos de órganos en chip para verificar la efectividad de terapias o el desarrollo de otras en contra de la enfermedad. En tanto, Cristina Arteaga habló de cómo ese cáncer puede ser un problema demasiado serio alrededor del periodo perinatal debido a que la madre podría no detectar lesiones al momento de amamantar, y de cómo congelan óvulos de esas personas para que, al concluir el tratamiento, puedan tener hijos.

Marlid Cruz ha encontrado asociaciones fundamentales entre la prevalencia del cáncer de mama en las jóvenes y la deficiencia de vitamina D o el exceso en el consumo de grasas. Su estudio es para establecer una correlación real entre la alimentación y la prevalencia del mal.

Las alteraciones de la arquitectura genómica en tumores de pacientes mexicanas con cáncer de mama fue el tópico a cargo de Mayra Furlan; mientras que Carlos Arturo González expuso el panorama en México de este padecimiento en varones a quienes, dijo, corresponde el 10 por ciento de los casos; en ellos hay un retraso significativo en el diagnóstico y tratamiento.

Aldo Moreno explicó una técnica desarrollada en su laboratorio para diferenciar –a través del uso de tecnologías de proteómica y de una manera sencilla y efectiva– entre un tumor mamario maligno y otro benigno. Y Allan Noé Domínguez se encargó de los detalles de un tratamiento innovador de cáncer de mama a través de vacunas.

Los pormenores del proyecto para llevar información a mujeres que no hablan español y cuenten con herramientas para prevenir la enfermedad mediante materiales de comunicación en diferentes lenguas nativas de nuestro país, correspondió a Ana Cecilia Rivas.

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Hacienda busca integrar IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar en un solo sistema

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La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó una de las propuestas más ambiciosas dentro del Paquete Económico 2026: la creación de un sistema universal de salud que garantice atención médica gratuita y equitativa a todos los mexicanos, sin importar su condición laboral o nivel de ingresos.

La iniciativa busca consolidar los servicios de instituciones como el IMSS, ISSSTE, IMSS-Bienestar y los sistemas estatales de salud en un solo modelo nacional, con el fin de eliminar duplicidades administrativas, optimizar recursos y mejorar la calidad de la atención médica en todo el país.

Un modelo nacional de atención médica
De acuerdo con la SHCP, el nuevo modelo integral de salud unificaría la estructura hospitalaria y de servicios médicos para que toda la población tenga acceso a consultas, medicamentos y tratamientos gratuitos, tanto en zonas urbanas como rurales.

El proyecto también contempla una modernización tecnológica de los sistemas de registro y seguimiento de pacientes, así como un plan de fortalecimiento hospitalario con énfasis en comunidades marginadas. Además, se priorizará el abasto de medicamentos y la reducción de los tiempos de espera en consultas y cirugías.

El objetivo, explicó la dependencia, es consolidar un sistema público con cobertura universal y un enfoque en la prevención de enfermedades, la atención oportuna y la mejora del bienestar general.

La propuesta se enmarca en una estrategia de largo plazo que busca reemplazar la fragmentación actual del sistema sanitario con un modelo unificado, sustentado en criterios de equidad, eficiencia y transparencia en el gasto público.

Implementación gradual a partir de 2026
Si el Congreso aprueba el proyecto dentro del Presupuesto de Egresos 2026, la implementación se iniciará de manera gradual, comenzando en los estados con menor cobertura médica y extendiéndose progresivamente al resto del país.

Hacienda subrayó que el sistema universal de salud será uno de los ejes más importantes del próximo presupuesto, al representar un cambio estructural en la manera en que México garantiza el derecho a la salud de sus habitantes.

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Inicia en Puebla la temporada de vacunación invernal contra Influenza, COVID-19 y Neumococo

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Del 13 al 17 de marzo, la Secretaría de Salud de Puebla llevará a cabo la temporada de vacunación invernal, en la que se aplicarán dosis para prevenir Influenza, COVID-19 y Neumococo, informó el titular de la dependencia, Carlos Olivier, en conferencia de prensa con el gobernador Alejandro Armenta.

El funcionario destacó que, con el inicio de la temporada invernal, los gobiernos estatal y federal hacen un llamado a la población a proteger su salud mediante la vacunación oportuna, considerada la medida más efectiva para prevenir y controlar enfermedades respiratorias graves.

Durante esta jornada, se aplicarán los biológicos correspondientes a grupos de población considerados de riesgo, entre ellos:

Niñas y niños de seis a 59 meses de edad.
Personas adultas mayores de 60 años.
Mujeres embarazadas.
Personal de salud.
Personas de 5 a 59 años con enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, afecciones cardíacas, pulmonares o inmunológicas.
Las vacunas disponibles incluyen la anticovid-19 (versión Moderna), así como las dosis contra Influenza estacional y Neumococo.

La Secretaría de Salud exhortó a la población a acudir a su unidad médica más cercana para recibir la vacuna correspondiente, y recordó que la inmunización es fundamental para reducir hospitalizaciones y complicaciones durante el invierno.

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Adopta una comunidad: el programa de la UNAM que transforma vidas

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Con una mezcla de ternura y compromiso, Dana García, estudiante de noveno semestre de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, limpió con cuidado las heridas de un burrito de carga mientras lo desparasitaba. El animal permanecía tranquilo, como si comprendiera el alivio del cuidado recibido. Al finalizar, la universitaria recomendó a sus dueños mantenerlo limpio para que su pelaje vuelva a crecer y viva sin dolor.

Experiencias como la suya forman parte del trabajo que realizan universitarios en la comunidad de Santa Ana, municipio de Temascalapa, Estado de México, hogar de unas ocho mil personas.

Se trata de una zona con alta incidencia de enfermedades crónicas -como diabetes, hipertensión, sobrepeso y obesidad- además de problemas odontológicos y de salud mental. En este contexto, la UNAM puso en marcha el programa “Adopta una comunidad. Jornada UNAMos”, cuyo propósito es mejorar la calidad de vida en comunidades rurales y contribuir a su transformación a través de la ciencia y la participación social.

Esta es la segunda edición del programa, coordinada por la Facultad de Medicina, con la colaboración de las Facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Odontología, Arquitectura, Enfermería, Psicología e Ingeniería, que participan mediante jóvenes en servicio social. Médicos cirujanos, fisioterapeutas y nutriólogos se suman al esfuerzo interdisciplinario.

La primera jornada se llevó a cabo el 21 de febrero en la cabecera de Temascalapa; la segunda, el 10 de octubre. En seis meses, el equipo planea regresar para dar seguimiento a las personas atendidas.

Patricia Moreno, de la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social de la Facultad de Medicina, y responsable del programa Adopta una comunidad. Jornada UNAMos, explicó que ese día atendieron aproximadamente 700 personas.

“El objetivo es que, mediante un equipo multidisciplinario, la comunidad logre ser sostenible -desde el ámbito de la salud hasta los determinantes sociales-. La comunidad ha recibido muy bien a la UNAM y, más que nada, nosotros estamos agradecidos con ellos, porque nos han adoptado y están satisfechos”, comentó.

A futuro, se planea integrar a las Facultades de Economía, Derecho, Trabajo Social y a todas las entidades que deseen sumarse al proyecto.

La responsabilidad social de la UNAM

Gabriela Borrayo Sánchez, secretaria general de la Facultad de Medicina, explicó que durante la jornada han estudiado y trabajado la zona durante meses. Se trata de un proyecto a largo plazo, concebido para desarrollarse durante cinco a diez años, con el fin de lograr un cambio real. Es parte de la responsabilidad social de la UNAM.

“La idea es que diferentes entidades académicas, desde su perspectiva, experiencia y ciencia, asesoren y acompañen a la población para mejorar su salud, bienestar y desarrollo”, señaló.

Además -agregó Patricia Moreno-, los estudiantes de servicio social son el corazón y la raíz del proyecto.

“Sin ellos no podríamos lograrlo”.

Una historia con raíces

En esta segunda edición, cada entidad académica, desde su especialidad, elabora un diagnóstico de la población y aplica estrategias específicas para mejorar su situación.

La Facultad de Medicina instauró el programa UNAMos Familias, enfocado en la atención primaria. Identifican factores de riesgo y promueven la salud mediante el ejercicio, una alimentación adecuada, la salud mental, el descanso suficiente, las actitudes preventivas y estrategias de vacunación.

También buscan la detección temprana de enfermedades como diabetes, hipertensión, colesterol alto e incluso epidemias, con el fin de ofrecer tratamientos oportunos y evitar complicaciones.

Tipos de ayuda

Entre las estrategias destaca UNAMos Igualdad, donde varias entidades académicas asesoran y acompañan con perspectiva de género, identifican posibles situaciones de violencia y orientan sobre mecanismos de apoyo.

Otro programa es UNAMos Calidad, enfocado en mejorar la calidad de vida, promover la sostenibilidad, el consumo responsable de alimentos naturales, el cuidado del agua y la energía, así como el manejo adecuado de los residuos.

A través de una camioneta llamada DIMO, se realiza un diagnóstico móvil para detectar cáncer de mama y de próstata mediante marcadores en sangre.

El programa también ofrece servicio de optometría y entrega gratuita de lentes a adultos e infantes, además de pláticas y asesorías en escuelas.

Desde la Arquitectura

Cecilia González Flores, coordinadora del Servicio Social y Práctica Profesional Supervisada de la Facultad de Arquitectura, explicó que los expertos de esta área acuden a realizar un diagnóstico urbano de la zona.

“Invitamos a la comunidad a contarnos qué les gusta de su entorno, qué no les gusta y qué mejorarían. Con esa información, los estudiantes de la UNAM evalúan los problemas de movilidad, accesibilidad, inseguridad, drenaje, agua y desagüe. Luego crean un mapeo para identificar las áreas de mayor problemática y enfocar los planes de desarrollo”.

Los arquitectos también sostuvieron una sesión con el secretario de Obras Públicas local para reconocer el terreno, conocer su plan de desarrollo y coordinar acciones conjuntas.

“De esta forma, los estudiantes adquieren experiencia, se enamoran de su profesión y la UNAM retribuye a la comunidad”, destacó.

Desde la Ingeniería

Cristian Hernández Santiago, académico de la Facultad de Ingeniería, explicó que buscan revalidar el servicio social para que los jóvenes apliquen sus conocimientos en beneficio de la sociedad. Participan las ramas civil, ambiental, eléctrica, geológica, entre otras.

“Escuchamos a la población, que enfrenta poca movilidad, y los ayudamos a mejorar su entorno de manera amigable, sin cambios bruscos”, dijo.

Los universitarios apoyan en la resolución de problemas de conectividad a internet, alcantarillado y suministro de agua, entre otros. Al final, entregan un informe ejecutivo al gobierno y a la comunidad con las propuestas y la supervisión de las acciones.

Experiencias estudiantiles

Entre sonrisas y aprendizajes, Iyari García, estudiante de segundo año de la Licenciatura en Fisioterapia de la Facultad de Medicina, descubrió en Santa Ana una forma más humana de entender la salud.

“Ha sido una experiencia muy grata y satisfactoria. Me llevo un aprendizaje profundo: el contacto directo con pacientes y la oportunidad de atender casos reales. Es una experiencia más humana”.

Aseguró que esta oportunidad le ha permitido aprender mucho.

“Tener este acercamiento nos ayuda a entender el alcance del sector salud, que está muy limitado. Nos abre muchas puertas para seguir con los estudios y trabajar, además de identificar cómo impactamos en la salud pública”.

Por su parte, Dana García, estudiante de Medicina Veterinaria y Zootecnia, relató que realizaron jornadas de vacunación, desparasitación y chequeos para animales de compañía -como perros y gatos- pero también atendieron caballos y borregos.

“Es una experiencia muy padre porque estamos acostumbrados a trabajar en clínicas, encerrados. En la Facultad no convivimos con una comunidad; aquí conocemos su entorno y las condiciones de sus animales”.

En su opinión, este tipo de actividades deberían realizarse con mayor frecuencia, “porque tanto los estudiantes como la comunidad resultamos beneficiados con este intercambio de saberes.”

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