El reloj marcaba las 3:30 de la mañana del lunes 17 de febrero de 2025. Jazmín Hernández no tenía planeado viajar, pero 12 horas antes le habían telefoneado para notificarle que se había liberado un espacio para operar a Esmeralda, su hija de ocho meses. Sin pensarlo, dijo que sí y experimentó emoción y miedo; se trataba de una cita que esperaba desde el nacimiento de su bebé y que se había adelantado una semana.
Así, de madrugada, Jazmín salió del municipio de San Luis de la Paz, Guanajuato, rumbo a León, con su bebita en brazos. Dos horas después ya estaban en la Perla del Bajío. Le habían pedido estar a las siete, en el Hospital Mac de la ciudad, para realizarle su primera cirugía a Esmeralda, quien nació con el labio y paladar hendidos, el defecto craneofacial de mayor incidencia en México (en 2024 hubo mil 306 casos, según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Defectos al Nacimiento).
Aunque multifactorial, los más afectados por esta malformación son los y las menores que crecen con carencias económicas y malnutrición, explicó Ernesto Lucio Leonel, coordinador de la especialidad en Cirugía Oral y Maxilofacial de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad León de la UNAM, y del programa TiENES que Sonreír, UNAMos Esfuerzos, de la Clínica de Odontología de esa misma entidad.
Desde que supo de la condición de Esme, como la llaman de cariño, Jazmín buscó dónde tratarla. “Me deprimí, sentí que no podía; me preocupaba lo que fueran a decir de mi hija”, relató la madre con ojos llorosos. Preguntó infructuosamente con familiares y conocidos por opciones, hasta que en el DIF de Guanajuato le recomendaron la UNAM.
“Me pidieron telefonear, lo hice, me solicitaron datos de mi hija y dijeron que responderían luego, pero una hora después nos marcaron para avisar que había espacio para el día siguiente en la UNAM, donde se especializaban en labio y paladar hendidos”. Así, el 6 de junio de 2024, con 10 días de nacida, Esmeralda fue a su primera cita a la Clínica de Odontología de la ENES León. Había sido aceptada en el programa.
De acuerdo con el doctor Lucio, TiENES que Sonreír, UNAMos Esfuerzos, busca rehabilitar a menores de edad a través de procedimientos de ortodoncia y quirúrgicos, con terapia de lenguaje y mediante la atención de especialistas en foniatría y psicología.
Desde 2013, la Clínica de Odontología de la ENES León, tan sólo en este programa, ha realizado cirugías a más de 500 niños y niñas. La atención temprana es vital para obtener resultados óptimos. “Tenemos a bebés desde los dos o tres días de nacidos y los atendemos hasta que cumplen 20 o 23 años, que es cuando los operamos de la nariz y, al final, del maxilar. Ahí ya podemos dar de alta a nuestros pacientes”.
De acuerdo con el especialista, la primera atención es la ortopedia quirúrgica y se da entre los primeros tres meses de nacimiento a través del servicio de odontopediatría y ortodoncia. Después de los tres o cuatro meses de ese tratamiento se opera el labio, al año se hace lo mismo con el paladar y lo siguiente es acudir a terapia de lenguaje.
En aquella visita inicial de Esmeralda a la clínica, Jazmín esperaba que la operaran enseguida, pero le explicaron que era todo un proceso. La pequeña acudió a 25 citas antes de la programación de la primera cirugía, la cual estuvo a cargo del doctor Lucio. “Aún falta para la segunda, será en el paladar. Cuando haya cerrado en un 98 por ciento, van a realizarla”.
La atención temprana recibida por Esme será vital para su rehabilitación. Jazmín relató que, por su edad y la continuidad de sus citas, su hija tendrá un habla de entre el 90 y el 100 por ciento. La atención para niños y niñas como ella es gratuita durante todo el tratamiento. “Ni las plaquitas ni las ligas nos costaron, gracias a Dios, porque estas cirugías son muy caras”.
Alrededor de 80 personas trabajan en este programa y no son suficientes. “Debemos buscar más ayuda, más apoyo de grupos y de la iniciativa privada para obtener una mejora en nuestras infancias y abarcar las regiones en las que son frecuentes estos padecimientos, desde el norte hasta el sur del país”, explicó el doctor Lucio.
Han pasado más de seis meses desde esa madrugada en la que Jazmín salió de su casa con la esperanza de devolverle la sonrisa a su hija a fin de verla crecer como una niña normal. Hoy, eso es una realidad. Sus citas en la Clínica de Odontología de la ENES León continúan cada 15 días.
El proceso será largo, pero su meta es clara. “Yo les recomendaría venir a la UNAM, son personas con un corazón grande que ayudan a los y las menores que más lo necesitan. Aquí aprendí que el padecimiento de mi niña no es cosa del otro mundo, que tiene solución”, finalizó Jazmín.
Tras 12 años de creado, el programa de atención a pacientes con labio y paladar hendidos, Ernesto Lucio espera que la clínica sea un precedente para que el protocolo de atención se replique en otros lugares. “Aquí viene el otorrino, el pediatra, la psicóloga y los terapeutas de lenguaje. Son pocos, no se dan abasto; queremos avanzar en ese rubro y tener a más gente de todas las especialidades ayudándonos”.
Aceptamos a todos los niños y niñas con esta afección, aunque los hayan operado en otras instituciones y tengan prestaciones de servicios médicos en sitios distintos, añade el universitario. También han llegado casos de pacientes multitratados que, por su madurez, sólo son candidatos a pocos tratamientos. “Es una labor más de camuflaje, porque ya no hay mucho por hacer, pero siempre intentamos darles lo más importante: confianza para que se sientan aceptados en la sociedad y para que hablen lo mejor posible, para que efectúen sus actividades y trabajen en cualquier lugar”, finalizó.