Laura Santel está casada, tiene un hijo y la mayoría de las actividades del hogar corren a su cargo. Algunos días a la semana trabaja para ayudar con los gastos de su familia y aunque le gustaría que su pareja colaborara más es complicado pues sale muy temprano y llega hasta la noche.
Esta historia se replica en otras partes de la entidad. Las mujeres suelen estar limitadas en su desarrollo profesional por tratar de cuidar a otros, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La madre de familia dijo que su esposo sí lava, cocina, limpia, es decir, hace todas las actividades, pero sólo los domingos, pues es el día que descansa, aunque lo hace siempre y cuando le estén recordando constantemente que también debe hacerlas.
En entrevista comentó que trabaja dos veces a la semana como docente y algunas otras horas a la semana se enfoca a dar asesorías para las personas que no saben leer y escribir. El resto de los días se enfoca a las actividades de su hogar, así como de su hijo que no rebasa los dos años de edad.
Añadió que de momento está conforme y no le gustaría invertir los papeles y que su esposo se quedara a cuidar el bebé y ella fuera a trabajar todos los días, pues considera que no él no le pondría tanta atención al pequeño.
Por separado, Mar Estrada Jiménez, coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Universidad Iberoamericana Puebla, declaró que en México las mujeres hacen más trabajo no remunerado en comparación con los hombres y esta situación se replica en Puebla y se intensifica en el caso de las mujeres indígenas.
Las mujeres destinan más tiempo a cuidar de otros o hacen otras actividades no remuneradas y quienes tienen un empleo, tienen peores condiciones laborales, en comparación con los hombres, expresó.
Esto tiene un impacto negativo en los intentos por entrar al mercado laboral o intentar un trabajo más formal porque en éstos deben cumplir con horarios y en su situación no pueden cumplirlos, indicó.
El Coneval refiere a nivel nacional que cinco meses después del inicio de la pandemia de covid-19, los avances sostenidos en el incremento del porcentaje de mujeres que contaron con algún empleo se vieron estancados.
El consejo también informó que el mercado laboral también se ahondaron algunas brechas de género durante la pandemia pues la ocupación sin pago aumentó más en las mujeres, las ocupaciones feminizadas presentaron mayores pérdidas de empleos y en las mujeres se observó una tendencia de elegir, más que los hombres, jornadas de trabajo más reducidas.
La académica manifestó que a estas situaciones se debe sumar que Puebla es la cuarta entidad más pobre de la nación.
