La Cámara de Diputados se prepara para votar el próximo lunes la reforma arancelaria impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, una medida que podría transformar la estructura de costos de múltiples industrias al modificar más de mil fracciones arancelarias y encarecer una amplia gama de insumos importados. Los ajustes, de aprobarse, impactarán directamente a sectores como el calzado, el vestido y el plástico, que dependen de materias primas provenientes de Asia, Sudamérica y Medio Oriente.
El proyecto, enviado a San Lázaro el pasado 9 de septiembre, busca reorientar la política arancelaria del país con el argumento de fortalecer la producción nacional y disminuir la dependencia de bienes del extranjero. Según las estimaciones del Ejecutivo, esta reconfiguración implicaría un incremento de 51 mil 910 millones de dólares en importaciones, equivalente al 8.3% del total adquirido en el exterior durante 2024.
La propuesta plantea modificar 1,463 fracciones arancelarias que abarcan mercancías provenientes de países como China, Corea del Sur, India, Vietnam, Tailandia, Brasil, Indonesia, Taiwán, Nicaragua, Emiratos Árabes Unidos y Sudáfrica. Estos ajustes forman parte de los temas prioritarios al cierre del periodo legislativo, debido a su impacto en cadenas productivas y en el costo final de bienes de consumo.
El análisis y posible aprobación de la reforma ocurre en un contexto en el que el gobierno federal busca reconstruir la base industrial mexicana, alentando la sustitución de importaciones. No obstante, empresarios y especialistas han advertido que el aumento arancelario podría trasladarse a los precios para consumidores y empresas que dependen de productos del exterior.
La decisión quedará en manos del pleno de la Cámara de Diputados, donde se prevé una discusión intensa por las implicaciones económicas que acompañan la iniciativa.