La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró el pasado 12 de noviembre las obras de ampliación de una granja avícola perteneciente al Grupo Crío , en respuesta a las denuncias de la comunidad maya y tras constatar diversas irregularidades ambientales y arqueológicas en la zona.
Durante una inspección, la autoridad federal que el proyecto no contaba con las autorizaciones correspondientes en materia de cambio de uso de suelo , otorgadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) . En el predio se había devastado una extensión de 13.7 hectáreas de selva baja caducifolia , donde se realizaron tareas de desmonte, apertura de caminos, instalación de postes y tendido eléctrico.
Además de los daños ecológicos, se destruyeron basamentos prehispánicos de Kolotso , considerados parte de la antigua capital maya conocida como Tzemé , lo que provocó la intervención previa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) , que también ordenó la suspensión de las construcciones.
De acuerdo con la Profepa, en el área intervenida se identifican especies de flora y fauna en riesgo , conforme a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 , lo que agrava la afectación al entorno natural.
«Constatamos la clausura del sitio devastado, que era un hábitat de especies en peligro. Este es solo el primer paso de una lucha comunitaria por proteger nuestro patrimonio», declaró Federico May , integrante del Consejo Comunitario de Kinchil . Por su parte, Félix Canul , también miembro del consejo, señaló que llevan semanas denunciando los efectos contaminantes de las naves avícolas sobre el aire y el agua , así como la proliferación de moscas en los apiarios cercanos.
La empresa involucrada, también conocida como Productora Nacional de Huevo , ya había sido señalada por la comunidad por impactos negativos al medio ambiente y al patrimonio arqueológico de la región.