Cada mañana y cada tarde en la colonia Cabrera, a unos 12 minutos de la cabecera, se repite una escena que parece sacada de una preocupación urbana: decenas de adolescentes, entre ellos alumnos de la Secundaria Técnica 104 Batallón Libres de Atlixco y del Centro de Bachilleres del Estado de Puebla (COBAEP), se ven obligados a viajar en microbuses saturados al límite, literalmente colgados de las puertas y ventanas.
El sobrecupo en la ruta Cabrera-El León, la única que conecta a ambas instituciones con el resto de la ciudad, convirtió al trayecto escolar en una trampa móvil para cientos de chavos.
El problema no es nuevo. Con cada inicio de ciclo escolar las unidades se ven rebasadas por la demanda, y a falta de supervisión oficial, los choferes permiten que los adolescentes se amontonen en pasillos, escaleras y hasta en los estribos.
El recorrido de la ruta, que parte de la colonia El León y atraviesa toda la ciudad, se convierte en un embudo humano durante las horas pico dominado casi en su totalidad por estudiantes.
Mientras tanto, padres de familia y vecinos exigen que la autoridad de vialidad de Atlixco actúe con urgencia. Lo que debería ser un simple traslado escolar se ha transformado en una ruleta rusa diaria. Un accidente, advierten, podría convertir el regreso a casa en una tragedia.