En plena era digital, una agrupación misteriosa ha sacudido a la industria musical. The Velvet Sundown, una supuesta banda de rock psicodélico con estética setentera, logró acumular más de un millón de oyentes mensuales en Spotify… sin que exista evidencia de seres humanos detrás del proyecto.
Este proyecto virtual apareció de la nada a principios de junio, lanzando dos álbumes en 15 días—Floating on Echoes y Dust and Silence—y anunciando un tercero, Paper Sun Rebellion, para el 14 de julio. Su sonido, una mezcla de psicodelia ‘70s e indie moderno, se convirtió en banda sonora predilecta de playlists populares, al grado de alcanzar casi medio millón de streams en “Dust on the Wind”.
Sin embargo, no hay entrevistas, conciertos ni presencia real de sus cuatro integrantes—Gabe Farrow, Lennie West, Milo Rains y Orion “Rio” Del Mar—más allá de imágenes promocionales generadas por IA. Un supuesto portavoz, Andrew Frelon, admitió haber inventado su conexión con la banda para un supuesto “engaño mediático”.
El debate detrás de la melodía
Gran parte de la industria, incluidas figuras como Elton John y Dua Lipa, así como asociaciones como la BPI, han pedido regular el uso de la IA en la música para proteger a los creadores humanos. Deezer ya marcó las pistas de este proyecto como “100 % generadas por IA”, pero plataformas como Spotify aún no lo hacen.
Expertos como Gina Neff, de la Universidad de Cambridge, advierten que “cada vez nos cuesta más distinguir qué es real”, señalando la creciente confusión entre arte humano y digital.
¿Innovación o amenaza?
Para algunos, la música sintética es un experimento artístico: un “espejo” que cuestiona la autoría y el valor de la autenticidad. Sin embargo, críticos califican el caso como una amenaza para la diversidad musical: bandas reales y creadores individuales podrían quedar desplazados por una ola de contenido barato y replicable .
El fundador de Fairly Trained, Ed Newton-Rex, lo califica como un “robo disfrazado de competencia”, mientras la BPI demanda normativas claras sobre copyright e inteligencia artificial en la creación musical.