El abogado Fernando Urbano Castillo Pacheco, “El Niño de Otro”, y su hermano Alejandro, asesinados el martes en el estacionamiento de la tienda Costco, fueron víctimas de la delincuencia y la inseguridad en Puebla capital, denunció su madre Irene Pachecho y Plasencia, al afirmar que fueron víctimas de un intento de robo.
Aunque los indicios advierten un posible ataque directo, la señora compartió un mensaje con su círculo social para lamentar el fallecimiento de sus hijos y defender que ambos fueron hombres de bien desde sus ámbitos profesionales.
“Lamento el sensible fallecimiento de mis amados hijos, Fernando Urbano Castillo Pacheco, y Alejandro Castillo Pacheco. Mi amado Fernando, comprometido activista judicial en nombre de los derechos humanos, siempre defendiendo las causas democráticas de nuestro país. Mi pequeño angelito Alejandro, un hombre de familia, de amor y siempre dedicado a la construcción de mejores espacios en nuestro país. Que descansen dos hombres ilustres que hicieron patria”, señaló.
Irene aseveró que la memoria de sus hijos no será manchada tras difundirse su muerte en los medios de comunicación, pues afirmó que la causa real del doble homicidio fue la inseguridad que existe en la ciudad.
“Hijos míos, jamás duden del amor de su madre, y que su memoria nunca será manchada, los extrañaré con la vida. Espero no tergiversen la historia, pues la causa fatal es la falta de vigilancia y seguridad pública en la ciudad de Puebla, no las falacias que ahora cuentan sobre la vida personal y profesional de mi amado hijo Fernando, quien siempre en clave de derechos humanos, fue honesto y cumplió con su clientela”, defendió.
Esto luego de que trascendieron en medios supuestas acusaciones de fraude, violencia familiar y violencia vicaria que presuntamente ejercía el abogado Fernando, conocido como “El niño de Oro”.
La madre de las víctimas agradeció a sus familiares y amigos por el apoyo mostrado ante la situación y los invitó al velorio de Fernando y Alejandro, en la Casa Funeraria Valle de Los Ángeles.
Los dos hermanos fueron interceptados y atacados a balazos en una aparente ejecución la mañana del 1 de noviembre en el estacionamiento de Costco, en el bulevar del Niño Poblano, donde Fernando murió, mientras que Alejandro fue reanimado y llevado a un hospital, pero más tarde murió.
