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Justicia incompleta para Nicora una joven desaparecida en Atlixco

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“A mi hija ya no la voy a encontrar con vida, eso es definitivo, lo sé desde el primer momento, sé que ya no está en este mundo, sé que voy a encontrar sus restos, es lo único, y no voy a parar hasta que suceda”, sentenció Madelen Ruisánchez, madre de incoar Madelen García Ruisánchez, desaparecida el 30 de diciembre de 2019 en Atlixco.

En medio de la marcha por el 8M en Atlixco, la señora Madelen aseguró: “Yo no tengo manada, yo hago la búsqueda sola, con mi hija, que siempre me ha apoyado. Me ven como loca metiéndome a las barrancas, buscando el tambo donde sé que la metió”.

La señora Madelen afirma saber que la pareja de su hija fue quien la desaparición el 30 de diciembre de 2019. Detalló que, Inmediatamente, tras las investigaciones, se le detuvo como probable responsable. 

Compartió que logró la vinculación a proceso, audiencias y juicio. Sin embargo precisó que el problema y su dolor como madre, no se resuelve con una sentencia de 42 años de prisión.
“Por mí que le den dos. Yo quiero el cuerpo de mi hija, quiero que me diga qué le hizo y dónde está. Es lo único que me interesa: recoger sus huesos, darle sepultura. Es lo único que me puede traer un poco de paz”, expresó mientras mostraba la ficha de búsqueda de Nicora.

Respecto al compromiso de la Fiscalía General del Estado (FGE) de continuar con las investigaciones tras la sentencia de Julio Armando Ortega, declaró: “Sigue haciendo investigaciones, buscando cuando quiere, cuando puede”. Por ello, pidió que cualquier persona con información sobre el paradero de Nicora se lo haga saber.

También envió un mensaje a las mujeres: “Que no toleren golpes, insultos, narcisismo ni maltrato. Que se amen y se valoren a sí mismas. Que se esfuercen por ellas y por sus hijos”.

Un caso sin justicia completa
La violencia de género en Atlixco tiene nombre: Nicora Madelen García Ruisánchez. Su caso sigue siendo un pendiente en materia de justicia. 

A lo largo de estos años, su familia ha participado en marchas y manifestaciones organizadas por colectivas feministas, pero sus exigencias no han logrado su localización.

Fue en enero de 2024 cuando se dictó sentencia contra Julio Armando Ortega, quien deberá cumplir 46 años de prisión por privación de la libertad y retención ilegal.

Al momento de su desaparición, Nicora fue descrita como una mujer de tez apiñonada, 1.57 metros de altura, complexión delgada, cabello largo, lacio y teñido de rubio, y ojos grandes de color café oscuro. No se cuenta con información sobre la vestimenta que usaba el día de su desaparición.
a FGE realizó 150 acciones de investigación, incluyendo cateos, entrevistas, búsquedas coordinadas y solicitudes de información a compañías telefónicas. En dos ocasiones inspeccionaron el domicilio donde desapareció Nicora, ubicado en la colonia Ricardo Flores Magón, al oriente de la ciudad.

La primera revisión fue el 14 de febrero de 2020 y la segunda el 30 de mayo de 2022, cuando se realizaron excavaciones con maquinaria pesada, sin encontrar rastros de ella.

Julio Armando Ortega nunca ha declarado qué sucedió con Nicora, lo que mantiene abierta la incertidumbre sobre su paradero. Se comprobó que el sentenciado mintió sobre su ubicación y manipuló la comunicación al enviar mensajes desde las dos líneas telefónicas que poseía.

Las investigaciones determinaron que el 29 de diciembre de 2019, Ortega privó de la libertad a Nicora en su domicilio tras problemas en su relación. En febrero de 2020 se giró una orden de aprehensión en su contra, siendo detenido el 10 de marzo de ese año y vinculado a proceso el día 16, con prisión preventiva oficiosa.
El 17 de enero de 2024, en un juicio oral, la Fiscalía demostró su responsabilidad penal. El tribunal de enjuiciamiento dictó sentencia condenatoria, y el 24 de enero, en una audiencia de individualización de sanciones, se le impuso una pena de 42 años, 2 meses y 7 días de prisión, además de una multa de 488 mil 565 pesos y una reparación del daño moral de 108 mil 570 pesos.

A pesar de la sentencia, la FGE aseguró que seguirá investigando para localizar a Nicora o sus restos, pero hasta ahora no hay resultados.

El domicilio donde desapareció ya no tiene sellos de aseguramiento. Su recuerdo parece difuminarse en la memoria colectiva de Atlixco, pero su familia sigue luchando.

En la marcha del 8 de marzo, mujeres cercanas a la familia portaron su ficha de búsqueda y pegaron su fotografía en el Palacio Municipal, recordándole a la ciudad que Nicora sigue sin aparecer. 

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