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México conmemora sismos de 1985 y 2017, los más catastróficos

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Los sismos son fenómenos naturales que aún no se pueden predecir, por lo cual, los esfuerzos de las autoridades y la sociedad para hacerles frente no deberían enfocarse en tratar de predecirlos, sino en reducir las vulnerabilidades a las que se expone la población.

Así lo expresó Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quien en rueda de prensa aludió que la capacitación de constructores, ingenieros y arquitectos es la clave para fortalecer las construcciones ante un sismo.

Hoy se conmemora el aniversario número 38 del sismo de 1985 en México que alcanzó una magnitud de 8.1 grados, así como del sismo en 2017 que tuvo una magnitud de 7.1 grados. Ambos dejaron miles de muertos e inmuebles destruidos.

Al respecto, el académico y especialista de la UPAEP aseguró que una de las mejores formas de prevenir los riesgos de un sismo, es conocer el fenómeno, además de generar normativas para construcciones y no solamente acudiendo y participando en simulacros.

Alertas Sísmicas en aplicaciones móviles, una farsa
Además de eso, aseguró que tras establecerse el Sistema de Alerta Sísmico Mexicano (SASMEX), éste funge como el único instrumento reconocido y validado por las autoridades mexicanas para arrojar datos y monitoreo.

En contraste, dijo, las aplicaciones móviles que actualmente existen no funcionan para instrumentar ni alertar sobre un sismo, aunque éstas intenten simular que pueden predecir sobre la presencia de un sismo.

“La gente debe saber que existen aplicaciones que simulan predecir los temblores antes de tiempo, la realidad es que solamente el SASMEX es el único sistema válido, en la calidad que requiere nuestro país”.

Aún existen retos para México ante los sismos
A partir del sismo de 1985 se crearon instancias como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), los cuales supusieron grandes avances en la investigación científica de los sismos, como las estaciones de monitoreo instaladas en las costas del Océano Pacífico.

Sin embargo, para Ismael Hernández aún existen grandes retos para hacerle frente al impacto social y natural que representan los sismos en México.

Lo anterior al existir una necesidad de que se fortalezcan las normativas de construcción y de que cada municipio cuente con una propia, sobre todo por la diversidad geográfica y geológica de México.

Además de que uno de los factores importantes de la Ingeniería Civil recae en mejorar la calidad de las construcciones, especialmente en áreas donde la autoconstrucción es común, la cual genera inmuebles de baja calidad y en ese contexto aumenta la vulnerabilidad para la sociedad.

“A pesar de los desafíos que enfrenta México en este campo, los avances tecnológicos y la conciencia pública sobre la importancia de la preparación para terremotos son pasos fundamentales hacia un futuro más seguro en un país propenso a los eventos sísmicos”. (AD)

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