El Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, pidió a la Virgen de Guadalupe por el fin de la pandemia del Covid-19.
En el marco de este 12 de febrero, cuando desde territorio poblano se acude en peregrinación a la Basílica en la Ciudad de México, el líder de la grey católica recordó que 56 sacerdotes en la entidad han muerto a causa del virus y muchos se han enfermado.
El Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, pidió a la Virgen de Guadalupe por el fin de la pandemia del Covid-19.
En el marco de este 12 de febrero, cuando desde territorio poblano se acude en peregrinación a la Basílica en la Ciudad de México, el líder de la grey católica recordó que 56 sacerdotes en la entidad han muerto a causa del virus y muchos se han enfermado.¡Últimos lugares! Regístra a tu hijo aquíBYJU´S Future SchoolEstudia tu Maestría SEP con calidad europea aprovechando beca de hasta el 50%, haz clicUnirAprovecha precio especial en paquete de colchón Zones + 2 almohadas incluidassognare.com.mx por Taboola Enlaces Patrocinados
“Suplicamos a nuestro buen Dios por el fin de la pandemia, por la salud de los enfermos y el eterno descanso a quienes han sido llamados a la casa del padre”, expuso.
Fue Pedro Tapia Rosete quien dio la bienvenida a la peregrinación de la Arquidiócesis de Puebla a la Basílica de Guadalupe.
En este año santo se concedió la indulgencia plenaria al conmemorarse el centenario del atentado contra la imagen de la Virgen de Guadalupe.
La peregrinación anual desde Puebla a la CDMX fue instituida en 1887 por el Obispo José María Mora y Daza por sugerencia del sacerdote Ramón Ibarra y González, a quien el Obispo nombró Presidente de la Comisión Organizadora.
Entre las peregrinaciones más notables se encuentra la de 1904, año en que la Diócesis de Puebla fue erigida Arquidiócesis, el 8 de febrero, teniendo como primer Arzobispo de Puebla a Monseñor Ramón Ibarra y González.
Las peregrinaciones iniciaron en la Iglesia antes de la paz otorgada por el emperador Constantino en el 313. Las más antiguas peregrinaciones cristianas tenían como destino Roma, Tierra Santa y las tumbas de los mártires. Las peregrinaciones en honor a la Bienaventurada Virgen María cobran fuerza entre los siglos V-VII principalmente en Nazaret. Pero, no es sino hasta los siglos XIV-XVII cuando lograron su más alto esplendor y participación.